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Professor Advisordc.contributor.advisorQuiroz Larrea, Daniel 
Authordc.contributor.authorAngel Martínez, Rodolfo 
Staff editordc.contributor.editorFacultad de Ciencias Sociales
Staff editordc.contributor.editorDepartamento de Antropología
Admission datedc.date.accessioned2012-12-14T15:53:17Z
Available datedc.date.available2012-12-14T15:53:17Z
Publication datedc.date.issued2012-11-08
Identifierdc.identifier.urihttps://repositorio.uchile.cl/handle/2250/111796
General notedc.descriptionAntropólogo Social
Abstractdc.description.abstractEn repetidas ocasiones el fenómeno de la violencia dentro del espacio del fútbol ha sido comprendido e interpretado por los medios masivos de comunicación como el producto de aquellos que no han logrado alcanzar el estado de civilización racional, dejando en el plano de la irracionalidad las conductas violentas. Al presentarse esta situación, de incomprensión de la violencia, y dejarla sólo en el campo de la irracionalidad sin desentrañar qué hay más allá, se perjudica el proceso en el que se ahonda en las representaciones sociales de estas acciones y, por ende, no aprehenden los vínculos con otras prácticas. Nuestra tarea como cientistas sociales es revelar los significados incomprensibles, investigando el trasfondo en las dinámicas de los agentes sociales, actores o protagonistas de los hechos. Es por lo anterior, que la violencia puede interpretarse como lo plantean Nordstrom y Robben (1995), como una construcción cultural que tiene distintas fisonomías según las prácticas y representaciones que la nutren de significación, una acción con igual sentido que otras acciones sociales. Así es que, la práctica violenta se constituye socialmente según los parámetros culturales de quienes las practican. Para comprender la violencia en el contexto del fútbol, primero que todo, se deben recapitular ciertas nociones que afirman el acto irracional en estas prácticas. Para Garriga (2007a), la común caracterización de irracional e incivilizado del accionar violento lo incluye dentro de los límites de lo patológico y lo penable; esto mismo dificulta una discusión seria sobre sus causas y consecuencias. Quienes conforman el piño “La Río Azul” se exhiben bajo los efectos de sustancias químicas y bebidas alcohólicas dentro de los estadios, al igual que sus pares de otras Barras Bravas. Moreira (2005) explica que al hacer uso de estas sustancias exhiben un estado anormal, un cuerpo fuera de sus estados de conciencia, están piantes o apiantaos. A través del contexto del fútbol los integrantes de las Barras Bravas se exhiben y presentan como protagonistas de acciones consideradas ilícitas: actos delictivos, consumos prohibidos. Además, son cientos los integrantes del grupo que, de forma personal o colectiva se reconocen como “choros” o, más aún, como “patos malos”, vale decir, ladrones. Este “estilo” es el que causa mayor estigmatización, puesto que atraviesa los parámetros de lo “normal”, cayendo sobre estos individuos las penas más rígidas establecidas por el ordenamiento jurídico. La puesta en práctica de la violencia en los estadios y los consumos de drogas, aparte de tener tipificaciones menores en la escala de cuantificación del delito, es menos estigmatizada que el robo. Como lo indica Garriga (2007a), es tanta la estigmatización sobre el robo y sus representaciones que se hace difícil emplear la concepción de alteridades en estos casos. Sin embargo, la utilización de esta identificación por el colectivo “integrantes de la Barra Brava” debe ser analizada con el objeto de indagar los valores que los sujetos les asignan. Para el discurso dominante de nuestra sociedad: la violencia, los abusos de las drogas y el robo, son catalogados como hechos “anormales”, clasificándolos como tal y estigmatizándolos. Tanto como para Alabarces (2006) y Garriga (2007a), los integrantes de las Barras Bravas modifican la valoración negativa de sus prácticas convirtiéndolas en acciones que los nutren de honor y prestigio. El estigma negativo que ubica a sus prácticas dentro de los límites de las acciones no válidas, aquel que revestía de ilegitimidad sus acciones, es resignificado. Recasens (1996) argumenta que los barristas no desconocen los valores que la sociedad otorga a sus prácticas representativas. Es por esta razón, que se debe reflexionar si existe una disputa por la significación de las prácticas estigmatizadas entre quienes las valoran positivamente y quienes negativamente. Asimismo, otro elemento que enmaraña el análisis es que los barristas, a través de cánticos y prácticas, hacen pública su concepción en los estadios de fútbol. Por ende, hay que cuestionarse si poner en juego el valor positivo en oposición a los valores negativos es sólo hacer visible una marca distintiva de un modelo alternativo o, por el contrario, busca así disputar los sentidos legítimos. También se puede preguntar si discutir la significación de la violencia con el modelo hegemónico no será la característica peculiar de estas identidades. Según Moreira (2005), la identidad en el ámbito de las Barras Bravas se construye mediante el prestigio y la reputación, dando lugar preponderante a la acción individual y grupal. Poseer estos bienes simbólicos hace honorables y prestigiosos a dichos actores, lo que les facilita el ingreso a una estructura social determinada. El mérito otorga las posiciones en esta estructura, que se diferencia de los modelos ideales de la sociedad moderna. La meritocracia de estas sociedades propone sistemas inclusivos en desemejanza de los sistemas igualitarios en donde estos actores viven la exclusión como carta de juego. Pertenecer a estos grupos genera un vínculo relacional con otras personas y las inserta en redes sociales de distribución de bienes materiales y simbólicos. Respecto de la elección de estas prácticas como señales particulares, ¿por qué no podrían elegirse éstas como mecanismo constructor de identidades sociales, tomando sus múltiples beneficios? Frente a esta problemática, por medio de la presente investigación se busca dilucidar y dar cuenta de aquellas prácticas vinculadas a la violencia que realizan los integrantes de la Barra Brava de la Universidad de Chile (Los de Abajo). Estas mismas serán asociadas a la construcción de identidad. Por lo tanto, la pregunta de esta investigación es: ¿cómo operan las prácticas violentas en la construcción de identidad en los integrantes de la Barra Brava del equipo de fútbol de la Universidad de Chile (Los de Abajo), específicamente en el sub-grupo o piño “La Río Azul”?es_CL
Lenguagedc.language.isoeses_CL
Publisherdc.publisherUniversidad de Chilees_CL
Keywordsdc.subjectAntropologíaes_CL
Keywordsdc.subjectViolenciaes_CL
Keywordsdc.subjectFútbol aspectos sociales Chilees_CL
Keywordsdc.subjectIdentidad culturales_CL
Títulodc.titleLa violencia como mecanismo de construcción identitaria en las Barras Bravas. El caso de "La Rio Azul" en la comuna de Independenciaes_CL
Document typedc.typeTesis


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