Chile es un país principalmente productor y exportador del área silvoagropecuaria. Debido al cambio climático que afecta al mundo, las temperaturas ideales que ofrecía nuestro país para el desarrollo de esta área se han visto afectadas, aumentando en verano y disminuyendo en invierno. Esto provoca que la calidad de cada cepa varíe; cambiando su acidez, su grado de madurez y las temperaturas que afectan de mayor manera a la vid son las bajas, ya que no sólo dañan su calidad, sino que también, pueden llegar a quemar un cultivo completo. La manera de controlar las heladas, es a través de numerosos sistemas pasivos o activos que utilizan agua, energía eléctrica o combustibles fósiles para su funcionamiento, estos sistemas son muy costosos y emiten gases invernadero u otros tipos de contaminantes, que no contribuyen al mejoramiento del medio ambiente. Debido a las necesidades de ahorro de energía y descontaminación, se han desarrollado tecnologías para optimizar el acondicionamiento de hogares y edificios, utilizando combinaciones de energías renovables y eléctrica, (basándose en el intercambio de temperatura) de tal forma que se optimiza el rendimiento de los equipos y disminuye su costo de utilización. Gracias a este desarrollo, han surgido sistemas de acondicionamiento eficientes y limpios que están siendo utilizados en construcciones tanto particulares como industriales. Se ha evaluado la posibilidad de extrapolar estos sistemas de acondicionamiento de hogares para que puedan ser implementados en la agricultura, y así, disminuir el costo económico asociado al daño de los cultivos. vitivinícolas en un porcentaje considerable. Al determinar esta posibilidad, se abre una brecha de oportunidades para el control de la temperatura de cosechas, ampliando no sólo para el control de heladas, si no para el acondicionamiento durante periodos de altas temperaturas.