Abstract | dc.description.abstract | Actualmente, el escenario habitacional ha estado
profundamente marcado por el terremoto y posterior maremoto
ocurrido el pasado 27 de febrero. Un suceso como este,
lamentablemente, trae consigo la destrucción de edificaciones de
distinto índole; infraestructura, equipamiento, servicios y vivienda. Sin
embargo, quienes se han visto mayormente afectados han sido los
sectores vulnerables de la sociedad. Esta realidad se ha vuelto
preocupante, puesto que, los habitantes que han perdido su vivienda,
difícilmente, tienen los recursos para reconstruir y hoy en día carecen
de un espacio que les permita desenvolverse familiar y socialmente.
Asimismo, existen casos que involucran un desafío aún
mayor en materia de responsabilidad social y estatal. Conjuntos
habitacionales SERVIU han sido gravemente afectados por el
movimiento telúrico y mantienen hoy en día un alto porcentaje de la
población damnificada.
A primeras luces, este panorama evidencia un déficit
cuantitativo de viviendas, por el cual ha existido un debate frente a la
respuesta necesaria de entregar; soluciones de emergencia, viviendas
definitivas, etc. Sin embargo, una catástrofe como esta, ofrece la
oportunidad de PROPONER CAMBIOS DE ENFOQUES en materia
habitacional. Permitiendo analizar una problemática que se ha
arrastrado desde años, la provisión habitacional, con una mirada
global, que no solo se oriente a una solución físico/espacial de un
grupo o núcleo familiar, sino que evalúe las deficiencias de las
soluciones entregadas y a partir de las necesidades y potencialidades
que mantienen los pobladores, posibilitar la entrega de nuevas
soluciones que potencien la rearticulación social de los conjuntos
habitacionales afectados y que entreguen herramientas que apunten
a la superación de la pobreza. | |