Abstract | dc.description.abstract | Nuestro país enfrenta hoy el desafío de compatibilizar el desarrollo económico con el
cuidado del medio ambiente, especialmente en la búsqueda de nuevas fuentes energéticas,
las cuales generan grandes intervenciones en el territorio y el paisaje nacional así como
también sobre las ciudades y su población. Actualmente las comunidades tienen mayor
conciencia sobre los impactos de estas intervenciones en su entorno, por lo que demandan
un desarrollo responsable y sostenible de las regiones explotadas, así como el mayor
cuidado con el paisaje natural y la biodiversidad que albergan.
Al año 2020, Chile se ha comprometido a aportar un 10% de energía renovable a
su matriz energética, impulsando las llamadas Energías Renovables No Convencionales
(ERNC), entre las que se cuentan la mareomotriz, geotérmica, solar y eólica. Todas ellas
presentan excelentes condiciones para ser desarrolladas en nuestro país, aunque sólo la
éolica ha alcanzado altos niveles de penetración. Las principales instalaciones de parques
eólicos (grandes extensiones de superficie que albergan decenas o cientos de molinos)
se ubican en la costa de la Región de Coquimbo debido a sus favorables condiciones
geográficas y de infraestructura (red portuaria y vial).
Esta zona, sin embargo, presenta preocupantes niveles de desarrollo social y
económico, que representan su mayor problema. La mayoría de los parques eólicos se
ubican entre las comunas de Ovalle y Canela, en una zona denominada Zona Costera
Central (según el Gobierno Regional) que destaca por su baja concentración de población
y pocos recursos económicos. Si bien se encuentra estructurada por la presencia de la
Ruta 5 Norte, en general las condiciones de accesibilidad a la costa y a valles interiores es
deficitaria, lo que repercute en las posibilidades de desarrollo económico para una población
que, además, se encuentra en baja densidad y en proceso de emigración constante. Esta
situación se debe a que la agricultura, la principal actividad económica del sector, se ve
afectada por la sequía y el proceso de desertificación que dificulta la productividad y las
condiciones de trabajo. Es por esto que la construcción de los parques eólicos se ha
convertido, literalmente, en un nuevo aire para esta zona, ya que ha revitalizado el valor
del paisaje semi-árido del norte chico de nuestro país y el interés por conocer los atractivos
que esta zona ofrece, que van desde restos precolombinos a una flora y fauna autóctona
poco conocida. La comuna de Canela, una de las más pobres de Chile, alberga cinco
parques en su territorio, lo que ha configurado un gran tramo intervenido que es totalmente
visible desde la carretera, convirtiendo esta situación en la mayor oportunidad de desarrollo
a futuro y re-orienta los esfuerzos productivos de la comuna al sector turístico. Es aquí
donde la arquitectura debe intervenir y brindar las condiciones para un correcto diálogo
entre entorno natural y actividad humana, un permanente desafío para la disciplina.
Ante la problemática y la oportunidad presentes se propone desarrollar el Centro
de Visitantes de Canela, una intervención arquitectónica puntual que busca concentrar
instancias de observación, descanso y cobijo, con aquellas de recorrido, dispersión y
dominio del territorio, basadas en la necesidad de una comunidad rica en identidad y
tradiciones rurales que busca la manera de darse a conocer y preservar, a través de la
promoción del conocimiento, su patrimonio natural e histórico. | |