Abstract | dc.description.abstract | Por su ubicación, Chile es poseedor de una gran variedad de contrastes en relación a su geografía y expresiones culturales. La diversidad de paisajes y los
diferentes tipos de vegetación y vida silvestre, configuran un entorno que da lugar a
la expresión de variadas manifestaciones culturales y religiosas. Éstas se encuentran
enmarcadas en un mundo de creencias colectiva, que luchan por mantener vigentes
sus raíces a través del tiempo. Parte importante de estas expresiones, son las celebraciones
o festividades religiosas. Ellas, desarrolladas con un profundo compromiso y
convicción, forman parte esencial de nuestra identidad y patrimonio.
En el norte grande, los bailes religiosos animan las principales expresiones de
religiosidad popular, convirtiendo a esta región, en uno de los lugares más representativos
del sincretismo religioso de origen colonial. La fiesta de La Tirana, se ha
transformado en una de las manifestaciones religiosas colectivas más importantes
de nuestro país, en la que a través del tiempo, se ha ido acumulando y registrando
en forma de testimonio, un conjunto de objetos tangibles y simbólicos, que desde el
punto de vista histórico, estético, antropológico, etnológico y artístico, determinan y
definen gran parte de nuestra memoria e identidad.
Cuando se hace referencia al patrimonio cultural chileno, se alude a todo lo que
los chilenos como pueblo, adoptan como propio, congregando todo aquello que a
lo largo de la historia, crearon con su ingenio y destreza, así como todo lo que en el
presente, seguimos creando.
La fiesta religiosa de La Tirana, es un testimonio único e irremplazable de nuestra
identidad nacional. Si bien recibió influencias externas, su desarrollo y adaptación
al medio, le dan el carácter de una celebración plena de realidad y fantasía, en lo
mágico, lo lúdico y lo sagrado, que ha permitido la transmisión de códigos a través
de sus trajes y personajes, y la construcción de una memoria colectiva, una especie
de reflejo que permite ver lo que somos y lo que en el futuro podemos llegar a ser. De
allí su importancia y valor, y la necesidad de cuidar y conservar dicha forma de llevar
lo sagrado y sobrenatural, a lo terrenal.
El proyecto realizado, tanto en su análisis como en su desarrollo, pretende llegar
a ser un aporte inédito en esta área de investigación, y así contribuir mediante la
elaboración y publicación del libro “Imagen Viviente”, a perpetuar y proyectar en el
tiempo, su contenido. | |