Desde los orígenes de los tiempos el hombre ha dirigido su mirada al cielo en búsqueda de
una respuesta ante el inmenso cosmos que lo rodea. Y desde la arquitectura ha buscado
crear lugares donde exista una relación y una cercanía que le ayude a dar con esa
respuesta. Así, ha erigido templos, grandes santuarios y observatorios. Ha puesto en estos
lugares grandes esfuerzos, tanto físicos como intelectuales, por esta gran necesidad de
acercar a él este vacío que lo rodea.
Hoy, nuestro territorio nacional es testigo de ésta búsqueda. Mediante la instalación
de grandes observatorios, científicos de todo el mundo se han localizado en el norte de
nuestro país, debido a la calidad inigualable de los cielos, con el fin de realizar nuevos
descubrimientos y acercar cada vez más el cosmos al hombre.
Si bien, existe una gran inversión monetaria, de instalaciones y de esfuerzos que causa
gran interés en el hombre. Vemos como en la actualidad el hombre moderno se ha desligado
del cielo por diversos motivos, pero principalmente, por la ciudad moderna en que habita y
por la complejidad que ha adquirido el lenguaje astronómico.
Este gran patrimonio natural de cielos que tiene Chile, debe valorizarse, mediante su
contemplación y mediante la posibilidad que genera de acercar la astronomía para aquel
hombre interesado en reencontrarse con el cielo.
Es por esto que este proyecto propone la creación de un Museo Astronómico en San
Pedro de Atacama, que acerque a aquel aficionado o interesado, al cielo austral, y difunda
al público general temas del cosmos y de la astronomía en Chile. Un lugar que medie entre
la astronomía mítica de los tiempos pasados y la astronomía lejana y abstracta del mundo
de hoy, un lugar en el que la arquitectura ayudada de la tecnología comunique y no sea un
elemento desconocido y excluyente para el visitante.
San Pedro de Atacama, conforma un centro turístico, y por lo tanto tiene las condiciones
de habitabilidad que requiere un visitante, además es un punto cercano al conjunto de
radioobservatorios
que se ubican y se ubicarán en la reserva científica del Llano de Chajnantor. Así actúa
también como mediador, entre la ciudades desde donde proviene cada visitante y la reserva
científica.