Abstract | dc.description.abstract | La presente memoria se realiza con el objetivo de proponer, a partir de las mejores prácticas de educación financiera (EF) aplicadas a los productos de crédito personales, una infraestructura enfocada en los segmentos socioeconómicos de ingresos medios-bajos que incentive y permita a sus usuarios tomar decisiones de endeudamiento responsables.
Chile carece de políticas unificadas y coherentes de protección a los usuarios de crédito, quienes en ocasiones pueden llegar a situaciones de sobreendeudamiento por falta de competencias o información al momento de tomar tales decisiones financieras.
Para ello se realiza una revisión bibliográfica de los principales programas, prácticas y propuestas de EF en Chile y el extranjero. Se analiza la actual oferta de productos de crédito masivos, focalizado en créditos de consumo y tarjetas de crédito, y la calidad de la información disponible al consumidor. Dado lo anterior, se identifican los elementos clave para crear un contexto favorable y amigable para quien toma decisiones de crédito, es decir, que otorgue apoyo a las decisiones de endeudamiento, mitigue las principales debilidades presentes en los proceso de crédito y finalmente eduque sobre los riesgos y la necesidad de formación financiera. Se plantean herramientas de seguimiento, evaluación de la necesidad y capacidad de endeudamiento, cotización y comparación de las ofertas, entre otras.
Como resultado se presenta un proceso de crédito para el usuario –considerando las recomendaciones de organismos tales como SERNAC, SBIF y Asociaciones de Consumidores– que incorpora el uso de cuatro herramientas de EF, ordenadas según complejidad: alternativas para el desarrollo de programas de EF focalizados, check list de auto-evaluación crediticia y formularios de cotización, estados de cuenta o cartolas ideales y recomendaciones respecto al diseño de los productos básicos propuestos por los Ministerios de Economía y Hacienda en su proyecto de reforma al mercado de capitales conocido como MKIII. Todas ellas poseen indicadores de cumplimiento de objetivos y mecanismos para su implementación.
En conclusión, se propone que un organismo estatal, nuevo o existente, determine la estrategia de EF nacional. Así se pueden coordinar iniciativas –hasta ahora aisladas– de los distintos actores del mercado, que dado su ámbito de acción acotado, no logran el impacto necesario para resolver las problemáticas detectadas. A su vez, las prácticas más efectivas son complejas de implementar y requieren de acuerdos e interacción en la industria. Dicho organismo realizaría estudios relativos al grado de EF de la población y su comportamiento frente a productos de crédito, evaluaría y rediseñaría las iniciativas, establecería principios de transparencias y además promovería mecanismos regulatorios de supervisión ex post al diseño. Finalmente, se considera relevante dirigir nuevas investigaciones de EF en el ámbito de créditos hipotecarios y decisiones de ahorro, ya que también se requieren competencias e información apropiada al momento de evaluar decisiones de inversión. | |