Abstract | dc.description.abstract | Esta investigación de tipo teórica, se enmarca dentro de la teoría de Jean Piaget y la psicoterapia constructivista evolutiva, aportando a la comprensión de los procesos de cambio evolutivo a través del concepto de identidad personal. Desde este marco conceptual se enfatiza la determinación estructural del sujeto, condición que le brinda la posibilidad de conocer la realidad, la cual se asume con una existencia ontológica pero inalcanzable en su totalidad (Piaget, 2004). Desde este marco de referencia, la realidad se concibe como la interacción del sujeto con los objetos, la cual se experimenta desde de los primeros esquemas de acción instrumental, hasta las complejas relaciones lógicas del pensamiento formal, a través de los cuales es posible otorgar un sentido y continuidad a la experiencia (Piaget, 2002). La construcción de la realidad o conocimiento es evolutiva, integrándose en estructuras cada vez más complejas y jerarquizadas, destacando el rol activo del sujeto en este proceso (Piaget, 2000). Como parte de este proceso continuo de construcción y complejización de las estructuras de conocimiento se destacará el concepto de Identidad Personal, el cual consiste en la asignación de continuidad y permanencia sustancial de los objetos, del cuerpo y del sí mismo (Piaget, 1971). La identidad se modifica evolutivamente a través de los procesos de asimilación y acomodación, los cuales en la interacción con la realidad transforman los esquemas, permitiendo el equilibrio y la adaptación (Piaget, 1971).
La psicoterapia constructivista evolutiva provee un contexto facilitador para el cambio. Las intervenciones desde este modelo buscan alcanzar el restablecimiento del equilibrio de los procesos de asimilación y acomodación, la estimulación del desarrollo de estructuras menos complejas a una de mayor complejidad, incluyendo una imagen personal realista y flexible (Sepúlveda, 2002). El equilibrio desde el punto de vista piagetano es un “proceso (de ahí el término 'equilibración') que conduce de ciertos estados de equilibrio aproximado a otros cualitativamente diferentes, pasando por múltiples desequilibrios y reequilibraciones” (Piaget, 2000; Pag. 5). Debido a que estos procesos no son observables o medibles directamente (y están presentes en todo acto de conocer) es que se hace necesario observar cómo estos procesos de cambio pueden integrarse en el concepto de identidad, y por lo tanto, aportar a la evaluación del cambio en psicoterapia. El concepto de identidad personal es un marcador que da cuenta de los movimientos evolutivos, y sus modificaciones podrían señalar cómo se estructura la relación con la realidad en presencia de psicopatología, y como este concepto puede dar cuenta de la efectividad de las intervenciones psicoterapéuticas. Se postula en este sentido que el concepto de identidad personal es la síntesis de el proceso de estructuración del conocimiento, dando cuenta del nivel de desarrollo del sujeto y del equilibrio del sujeto con los objetos. El concepto piagetano de identidad puede convertirse en un instrumento de evaluación del desarrollo normal y anormal, insertándose dentro del cuerpo teórico de la psicoterapia constructivista evolutiva, que de cuenta o refleje de manera integrada de aquellos cambios subjetivos que no pueden ser observados directamente, como ocurre con los movimientos evolutivos tanto dentro de la etapa de desarrollo como de una etapa a otra. | |