Show simple item record

Professor Advisordc.contributor.advisorMettifogo Guerrero, Decio es_CL
Authordc.contributor.authorEcheverría, Andrés es_CL
Staff editordc.contributor.editorFacultad de Ciencias Socialeses_CL
Staff editordc.contributor.editorCarrera de Psicologíaes_CL
Admission datedc.date.accessioned2012-09-12T18:27:54Z
Available datedc.date.available2012-09-12T18:27:54Z
Publication datedc.date.issued2004es_CL
Identifierdc.identifier.urihttps://repositorio.uchile.cl/handle/2250/106393
Abstractdc.description.abstractLas drogas y su consumo, si bien han estado presentes a lo largo de la historia de la humanidad, no han sido hasta épocas más recientes consideradas como problema social, justificándose de este modo importantes inversiones en términos humanos y económicos orientadas a la reducción de la oferta y la demanda de sustancias definidas como ilícitas pero que, sin embargo, han estado lejos de alcanzar sus objetivos. Desde la Psicología Social Cultural la droga constituye un objeto social que adopta significados diversos a lo largo de la historia, y en nuestra sociedad actual, aglutina diversos aspectos –morales, judiciales y de salud- que transforman a su consumidor en un delincuente, un enfermo físico y desviado moral, que debe y merece ser controlado, castigado o rehabilitado. Este discurso, amplificado por los medios de comunicación, se impone como verdad sobre la población, imposibilitando la emergencia de discursos alternativos de las drogas, como podrían ser los discursos de los consumidores. El consumo de drogas se instala principalmente, desde el discurso oficial y en términos demográficos, en la población joven; así, se justifican acciones tendientes a la prevención del consumo de drogas y el tratamiento de esta población, desde una definición de juventud a partir de una posición adultocéntrica, que desconoce su heterogeneidad e invalida sus conocimientos, prácticas y discursos, asumiéndolos como rebeldías pasajeras que finalizarán cuando se llegue a la adultez. Es así como, por lo tanto, se excluye a los jóvenes de los espacios de participación y acción en la vida social y, en relación a las ofertas de tratamiento, de su protagonismo en la implementación y desarrollo de los mismos. Este carácter excluyente se magnifica en el caso de la juventud urbano popular consumidora de drogas. Las representaciones sociales de las drogas en esta población entrecruzan aspectos del discurso oficial sobre las drogas con discursos alternativos que enfatizan el uso de sustancias con un carácter instrumental en el proceso de construcción de una identidad colectiva, tribal, donde las prácticas y la historia individual se pierde en el anonimato de lo grupal, y relevan el consumo de drogas y las prácticas asociadas a su uso como un conocimiento propiamente juvenil, y por lo tanto vedado al mundo adulto; surge como manifestación de la trasgresión al orden social pero, sin embargo, queda finalmente sometido al mismo, desde las propias regulaciones a las que restringen su uso. En otras palabras, el uso de sustancias ilegales finalmente aparece como una práctica transitoria, juvenil, mayoritariamente masculina, pública pero al mismo tiempo oculta, insostenible con un proyecto de vida adulto en que la formación de una familia, la incorporación al mundo del trabajo y el acceso a bienes de consumo aparecen como centrales. Las drogas y su consumo, finalmente, son consideradas como un mal que debe ser erradicado a través de medidas represivas o bien preventivas; estas últimas asocian el fenómeno de las drogas al mundo de los jóvenes y la pobreza. La comunidad terapéutica, como programa de tratamiento, aparece como escenario del conflicto entre el discurso oficial de las drogas y de las prácticas adultas sobre los jóvenes, y las acciones y discursos juveniles de las drogas y del ser joven. De este modo, los jóvenes entrevistados en su totalidad han ingresado al tratamiento debido a presiones familiares, escolares o judiciales y, a pesar que en algunos casos llevan períodos prolongados en el programa de rehabilitación, mantienen su consumo de drogas. A pesar de ello, tienden a valorar positivamente dicho programa por modificaciones en sus patrones de consumo, o por el logro de objetivos que relevan cambios conductuales o relacionales por sobre la abstinencia en el uso de sustancias. A partir del discurso de los jóvenes, se sugiere revisar y redefinir las orientaciones y prácticas de los programas de tratamiento y las políticas publicas que abordan el fenómeno de las drogas, particularmente desde el cuestionamiento del “Modelo de Factores de Riesgo”, hacia la construcción de espacios democráticos y en permanente proceso de transformación y co-construcción, sobre la base del reconocimiento de los jóvenes como sujetos, de la consideración de la juventud y de las drogas como construcciones u objetos sociales, y la apertura a la construcción de otros sujetos posibles, más allá de las prescripciones institucionales de realidad.
Lenguagedc.language.isoeses_CL
Publisherdc.publisherUniversidad de Chilees_CL
Type of licensedc.rightsEcheverría, Andréses_CL
Keywordsdc.subjectes_CL
Keywordsdc.subjectes_CL
Keywordsdc.subjectRepresentaciones socialeses_CL
Keywordsdc.subjectDrogadictos--Rehabilitaciónes_CL
Keywordsdc.subjectes_CL
Keywordsdc.subjectPsicología sociales_CL
Keywordsdc.subjectComunidades terapéuticases_CL
Títulodc.titleRepresentaciones sociales de las drogas de jóvenes urbanos populares en proceso de rehabilitación en comunidad terapéutica.es_CL
Document typedc.typeTesis


Files in this item

Icon

This item appears in the following Collection(s)

Show simple item record