Abstract | dc.description.abstract | Deporte y Derecho, según muchos, han estado unidos desde los orígenes del primero, y que, como ocurre en otros tipos de manifestaciones sociales o económicas, el segundo ha venido a dar cobertura a las manifestaciones deportivas y a las relaciones que el deporte ha ido creando. El deporte es un fenómeno social y cultural de dimensiones universales que se remonta a tempranas épocas en la historia del hombre, como expresión de su siempre existente necesidad de jugar y competir. No se podría hablar entonces de deporte sin incorporarle intrínsecamente un atisbo de organización competitiva el cual recién aparece en las civilizaciones griega y romana. El deporte moderno, es decir, lo que hoy entendemos por deporte, tiene su origen en el siglo XVIII, específicamente en los altos estratos sociales ingleses, a partir de la transformación experimentada de lo que hasta entonces habían sido juegos tradicionales (boxeo, cricket, carreras de caballos) en competición.
A comienzos del siglo XIX surgen las competiciones atléticas y los juegos de pelota. La proliferación de estas prácticas deportivas exigió homogeneizar sus normas y, en consecuencia, reglamentar cada una de ellas a través de los instrumentos jurídicos adecuados . Con el tiempo éstas se fueron trasladando desde la calle a los clubes ingleses, para ingresar en forma definitiva en el mundo asociativo, el que las dotó de una mayor organización dando origen a las asociaciones nacionales e internacionales. Y dentro de dicho mundo asociativo los clubes, en un principio, asumieron las funciones de reglamentar y supervisar la práctica deportiva. | es_CL |