Abstract | dc.description.abstract | A lo largo de la historia, el aborto ha sido un tema que ha estado presente en las distintas culturas. Ya en la época de la dictación del código de Hammurabi, se castigaba a la mujer que provocaba su aborto. Sin embargo, la discusión moral acerca de su comisión, recien comienza con la aparición del cristianismo, discusión que se mantiene hasta nuestros días.
Actualmente la disyuntiva en todo el mundo se centra sobre si es necesario despenalizar su práctica y de ser así, en qué casos y bajo qué circunstancias. Las respuestas a estas interrogantes son variables. No obstante, la corriente mundial se guía a su despenalización en casos extremos, como en el caso de que el embarazo y posterior parto pongan en peligro la vida de la madre.
En nuestro país, la legislación sigue condenando cualquier tipo de maniobra abortiva. Por otro lado, todo intento por despenalizar su práctica es tachado de inmoral y de homicida por los grupos más conservadores. Sin embargo, este tema no debe centrarse sobre aspectos morales sino sobre las situaciones concretas que la penalización del delito de aborto trae a nuestra sociedad.
En Chile la prevención del delito de aborto es nula. Aún no se ha podido lograr instruir formas de prevención de embarazos no deseados en los colegios, ni se han tomado medidas eficaces de salud pública para lograr políticas de natalidad efectivas que hagan disminuir el riesgo de la comisión de este delito.
Como consecuencia de todo esto, las clases más desposeídas son actualmente los principales afectado de faltas de políticas serias respecto al aborto, esto se manifiesta en que la mayoría de las procesadas por este delito son mujeres obreras que frente a la perspectiva de no poder mantener a otro miembro de su familia, y la imposibilidad de acceder a métodos de prevención de embarazo que sean efectivos, deciden abortar en condiciones precarias, poniendo en peligro su salud. | es_CL |