Territorio y lugar: un camino en la definición de factores territoriales de vulnerabilidad
Professor Advisor
dc.contributor.advisor
Arteaga, Catalina
Author
dc.contributor.author
Cisternas Pacheco, Nicole
Staff editor
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Facultad de Ciencias Sociales
Staff editor
dc.contributor.editor
Departamento de Sociología
Staff editor
dc.contributor.editor
Escuela de Postgrado
Admission date
dc.date.accessioned
2014-06-19T15:23:03Z
Available date
dc.date.available
2014-06-19T15:23:03Z
Publication date
dc.date.issued
2011-08
Identifier
dc.identifier.uri
https://repositorio.uchile.cl/handle/2250/116373
General note
dc.description
Magister en Ciencias Sociales, mención
sociología de la modernización
en_US
Abstract
dc.description.abstract
cobertura de necesidades básicas, el fenómeno de la pobreza en las últimas décadas lejos de
desaparecer ha ido transformándose y en algunos casos se ha complejizado.
Para entender la afirmación anterior respecto de la transformación de la pobreza y
consiguientemente, la necesidad de comprenderla de manera más profunda, es necesario
considerar la estrecha relación de la pobreza con al menos tres procesos característicos de la
estructura social chilena, algunos de larga data y otros más recientes: la persistente
desigualdad en la distribución de los ingresos, la fragmentación de la estructura de
oportunidades y el aumento del riesgo e inestabilidad socioeconómica.
Respecto de la desigualdad, se sabe que Chile es uno de los países más desiguales del
mundo, cuyo patrón se caracteriza y/o explica tanto por la resistencia y estabilidad de esta
problemática frente al crecimiento económico, como también por la altísima concentración
de los recursos económicos y oportunidades de bienestar en la elite de la población,
correspondiente al segmento superior de la distribución de los ingresos “No solo el nivel,
sino que también el patrón de desigualdad es significativamente diferente en Chile respecto
del mundo industrializado. Este se caracteriza por la enorme ‘concentración en la elite’, ya
que el decil más rico recibe el 42.3% del total del ingreso nacional (…) mientras que
las diferencias entre los sectores pobres y medios son menos marcadas”
(Torche, 2005:10-45).
La importancia de considerar la desigualdad para entender las nuevas
formas de pobreza apunta a la dimensión relativa de los fenómenos de
privación, es decir, la pobreza no es sólo una condición absoluta de
carencia de ingresos, sino que se expresa de manera importante en
brechas de acceso y calidad de las oportunidades de bienestar. Lo
anterior, supone la necesidad de observar más críticamente los índices
de crecimiento económico y su relación con la reducción de la incidencia
de la pobreza (medida en términos del ingreso) dada la persistencia de
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estas graves diferencias en la distribución de las oportunidades entre
“ricos y pobres