Abstract | dc.description.abstract | Este trabajo de titulación busca ser una herramienta de apoyo en la difusión y aprendizaje de un concepto que ha tomado relevancia en los últimos 5 años, al haber sido uno de los principales amplificadores de las graves consecuencias de la crisis hipotecaria del 2008: el ajuste por riesgo de crédito, o CVA, es ahora un tema prioritario para las áreas de riesgo de instituciones financieras que negocian instrumentos en el mercado no regulado (over the counter).
EL CVA se entiende como la diferencia entre una cartera valorizada como libre de riesgo, respecto a otra la misma que tome en cuenta los riesgos de potenciales pérdidas que se deban a incumplimientos. En términos simples, el CVA es el valor de mercado de esas pérdidas potenciales producidas por eventos de default. Este riesgo de incumplimiento para derivados se denomina como riesgo de contraparte, y su cálculo se sustenta en los mismos parámetros que el riesgo de crédito tradicional: exposición al momento del default, probabilidad de incumplimiento y tasa de recuperación. Sin embargo, tiene algunas particularidades, como la aleatoriedad de la exposición en el futuro. Además, ambas contrapartes pueden caer en default, siendo un riesgo bilateral.
Existen dos metodologías ampliamente usadas para calcular el riesgo de contraparte. La metodología sugerida por el BIS propone que la exposición potencial sea un porcentaje fijo del nocional, y dicho porcentaje depende del activo subyacente y del plazo remanente del derivado. La otra metodología, mucho más sofisticada, está basada en simulaciones de monte carlo para generar distribuciones en el valor futuro de la cartera. En primera instancia, se implementa el cálculo de exposiciones mediante monte carlo para algunos instrumentos derivados (forwards y swap de tasas). Los resultados de exposición obtenidos son comparados con los resultantes de la metodología del BIS. En el total de los casos, la exposición individual de un instrumento es mayor mediante simulaciones. Esto se explica porque la tabla del BIS tiene ponderadores que fueron calculados por volatilidades de hace más de 15 años y, por tanto, no reflejan las volatilidades actuales que aun presentan efectos de la crisis.
La metodología por simulaciones requiere mucha capacidad computacional y tiempo, por lo que no resulta viable para portafolios de bancos con miles de instrumentos, pero tiene un valor importante para la administración y gestión de este riesgo. Lo recomendable es utilizar una mixtura de ambos métodos, actualizando los ponderadores del BIS mediante un ejercicio de simulaciones.
El cálculo de este riesgo en un mercado pequeño, donde existen instituciones capaces de mover precios, debe ser realizado con cautela. Por ejemplo, los problemas de liquidez de bonos corporativos no permiten reflejar la calidad crediticia de muchas empresas, y no existe mucha información de precios de mercado históricos. Esto puede llevar a cálculos erróneos del CVA. De todos modos, es necesario emplear los esfuerzos en la valorización y en la administración de este riesgo, en un mercado en el que este tema está en pleno desarrollo. | en_US |