Se presenta una investigación cualitativa que tuvo por objetivo indagar, desde una perspectiva sistémica y constructivista, cómo las manifestaciones colaborativas quedan en un "punto ciego" para la mayoría de los observadores especializados de la sociedad contemporánea. Se considera que este hecho es consecuencia de una visión simplificada de la sociedad, que limita el desarrollo de explicaciones científicas sobre los fenómenos paradojales que acontecen en la modernidad. Entre estos últimos destacamos el desplazamiento de las actitudes solidarias ante la generalización de prácticas colaborativas que empalman mejor con una sociedad que se funda en promover valores individualistas en los méritos personales, pero que a la vez no puede renunciar a los vínculos asociativos y comunitarios.