En este ensayo el autor explora la dimensión político-ideológica del proceso.Afirma que el proceso nace dispositivo, pero en determinado momento históricose torna inquisitivo. Destaca que el cambio de paradigma procesal obedece a un desplazamiento del sentido y fin del proceso, desde mecanismo para satisfacer el interés individual de las partes a instrumento para la realización de intereses supraindividuales. Concluye que la elección entre uno y otro sistema no es una simple opción técnica, pues, en un orden político y social que se funda y legitima en el reconocimiento y respeto de las libertades individuales, debe prevalecer el paradigma que se basa en la primacía de la persona sobre el Estado, frente al paradigma que obedece al principio opuesto.