Abstract | dc.description.abstract | Las devastadoras consecuencias del terremoto de la madrugada del 27 de febrero del 2010 se mantienen vigentes a pesar de que ya han pasado 4 años de la debacle telúrica de la zona centro-sur del país. En los suelos se han acumulados los restos de las habitaciones, edificios y casas, víctimas de la violencia de la tierra, que periódicamente amenaza con eliminar todo rastros físico del pasado, y con ellos enterrar recuerdos de glorias y fracasos . De las ruinas, hoy solo se puede rescatar las historias, cuentos y chismes, principales puentes con el pasado de una ciudad a la cual la reconstrucción le es un proceso aun difícil y costoso. La laboriosa (re)construcción no está solo en lo (el) concreto.
Una región como la de la Maule, bendita y maldita por sus suelos, afectada por tres grandes terremotos, ejemplifica que la única posibilidad ante la incertidumbre de perderlo todo en minutos, es el mantener la identidad en lo inmaterial, en el mundo de las palabra y las letras.; solo la sabiduría oral puede salvar a la ciudad. La producción escrita de la zona surcada por el rio Maule (bautizado como rio literario) ha transformado la violencia de la destrucción en una experiencia estética Más que cualquier historiador; los poetas, cantores, y novelistas son los encargados de mostrar lo que ya no es posible ver, la imagenira de una ciudad que ya no es posible reconstruir, pero si imaginar.
“Talca ciudad de volcanes, cenizas, terremotos, todo eso se me juntaba, yo he asistido a tres terremotos, tres. Las casas de mis parientes se fueron achicando y renovando hasta quedar nuevas”. Como ejemplifica el poeta Gómez-Correa, la capital maulina, Talca , epicentro de un remoto auge agrícola-económico, ha visto caer y renacer a tantos escritores que motivados por expresar el desprecio a una sociedad cuasi-feudalita reinante en la época, aprovecharon la desolación de perderlo todo para expresar el resentimiento a al epicentro del estancamiento colonial. La plaza de provincia cuna de los cuentos o chismorreo, como también el centro de expansión colonial, debe de esconder algo.
Tanto proceso de construcción y deconstrucción no puede haber pasado sin dejar huellas, las que han querido ocultarse a la luz del secreto. Lección aprendida de tantos relatores que han convertido a los movimientos telúricos en un lenguaje. Así, se propone la creación de una Casa de las Palabras, como resguardo del patrimonio oral regional, del frágil mundo de las letras de una ciudad en la miseria cultural, proceso necesario (fundamental) para una verdadera (re)construcción de la ciudad, entendiendo que es la literatura la única capaz de ofrecer algo así como una imagen veraz de la ciudad. | en_US |