Abstract | dc.description.abstract | Como resultado de los trabajos de repotenciación de los equipos de chancado y apilamiento llevados a cabo en el año 2011, la Sociedad Mirasó ha previsto un aumento del flujo anual de mineral desde 1,4 a 1,8 millones de toneladas a partir del año 2012. Los cambios se realizaron principalmente en las correas transportadoras y chutes de traspaso de la planta de chancado, así como en las correas transportadoras del sistema de apiñamiento, sin embargo, las capacidades de los equipos e instalaciones de la aglomeración, lixiviación y extracción por solventes no fueron modificadas.
El objetivo del presente trabajo es evaluar el nuevo escenario industrial, identificando las posibles fases de la cadena de producción que puedan ralentizar el proceso de producción global, mediante el estudio de las capacidades de tratamiento de cada uno de los equipos principales integrantes de aquellas áreas que no sufrieron cambios.
La evaluación se realizó en dos etapas estudios. Primero se establecieron las condiciones de la operación presente, mediante la actualización de los criterios de diseño y el balance de masa, y luego se evaluó la situación futura con mayor tonelaje, considerando uno y dos ciclos de lixiviación.
Los cambios más importantes respecto de los criterios utilizados en el diseño inicial, con impacto en la capacidad de los equipos, son la reducción de la utilización del sistema de apiñamiento (de 80 a 71%), el aumento de la dosificación de ácido en el tambor aglomerador (de 16 a 30 kg/t) y la reducción de la tasa de riego en la lixiviación (de 4,5 a 3,0 l/h/m2).
En la aglomeración, la conclusión final es que los equipos sometidos a este análisis
cuentan con la capacidad para soportar el aumento de producción. Sin embargo, existen desviaciones que deben ser corregidas tales como la capacidad y el diseño de las tuberías de inyección de agua y de ácido.
En la lixiviación, el sistema de bombeo de solución de riego se encuentra al límite de la
capacidad que requerirá el aumento de la producción (280 m3/h), por lo que la lixiviación en dos etapas podría ser una solución. No obstante, esto último se recomienda sólo como una respuesta operacional puntual, en caso de una eventual alza de los sólidos en suspensión y consecuentes arrastres de orgánico. En los casos que se aplique, es fundamental realizar un buen lavado durante el segundo ciclo.
Finalmente, en la extracción por solvente, se recomienda aumentar la concentración de la
amina extractante de 8 a 10%, para evitar el aumento del flujo de orgánico, y conservar así la
eficiencia de transferencia del proceso. | en_US |