Abstract | dc.description.abstract | La incorporación de las mujeres a la esfera pública continúa siendo un proceso
inconcluso. En Chile tras veinte años de democracia, no ha sido posible disminuir las brechas
existentes entre hombres y mujeres y mucho menos se ha logrado eliminar la subrepresentación
política de mujeres en los poderes del Estado.
Reconocer la importancia de la participación política de las mujeres y debatir en torno a
ella, resulta fundamental para evidenciar las desigualdades que subyacen en el seno de las
sociedades y pensar en medidas que permitan transformarla. Variados han sido los mecanismos de
acción afirmativa que han intentado subsanar la exclusión de las mujeres en el espacio político, de
manera de romper con el “techo de cristal”1 que les impide constituirse en lugares de poder. Pese a
ello, un número importante de países que se han apoyado en estas medidas, no han logrado
modificar por completo la discriminación.
En este sentido, es que para poder pensar en transformaciones sociales que generen
cambio reales, es necesario también observar los dispositivos simbólicos desde los cuales se
constituyen los individuos en sociedad. Para ello el rol de los medios de comunicación es
fundamental. Estos actúan como agentes que refuerzan, acentúan y divulgan determinadas
creencias y valores, convirtiéndose en una plataforma en que se visibilizan y significan dichos
elementos culturales y sociales a los miembros de la sociedad. Desde este enfoque los medias, en tanto actores poseedores de discurso político en
el marco de la sociedad mediatizada, se erigen como significantes portadores de la palabra política
capaces de reconfigurar el espacio público, incluyendo /excluyendo, visibilizando/invisibilizando
a las diversas voces que construyen lo social. De acuerdo a lo anterior, es posible sostener que las mujeres han sido historicamente
invisibilizadas por los medios de comunicación y cuando han sido incluidas, el discurso
predominante las ha situado en roles tradicionales y estereotipos culturales que revelan una
ideología de género dominante (SERMAN, 2009; PNUD, 2010; CORPORACIÓN HUMANAS,
2010). Esto último se hace relevante si consideramos que las mujeres han comenzado a ocupar
lugares preponderantes en espacios de poder, particularmente el que las integra al campo político,
el cual comporta mayores avances (PNUD, 2010).
Considerando lo anterior y con motivo de las elecciones parlamentarias 2009 es que esta
investigación se pregunta ¿Cuál es el discurso de los medios de comunicación escritos sobre las
candidatas al Parlamento en las elecciones 2009?
Para responder esta interrogante el estudio realiza un seguimiento de la prensa a las 81
candidatas al Congreso en las elecciones parlamentarias 2009. Éstas representan un 16,36 % del
universo de candidatas/os2 . El periodo de análisis comprende la última fase de campaña electoral
( del 13 de noviembre al 12 de diciembre de 2009), y tiene por finalidad reconocer y analizar la
cobertura y la representación que la prensa realiza sobre las candidatas en el espacio público. La investigación, parte de la presunción que la estructura hegemónica/oficial de los
medios de comunicación, producen y reproducen un determinado status político de la mujer que
debilitaría las condiciones para el desarrollo igualitario del género en el espacio público.
Para constatar dicho supuesto, se monitorean cinco medios escritos: La Tercera, La
Cuarta, El Mercurio, Las Últimas Noticias y La Nación. Estos fueron seleccionados en base a
criterios de circulación, lectoría y estrato socioeconómico.
En las páginas que siguen, presentamos un articulado teórico que tiene por objeto
evidenciar las transformaciones del espacio público y con ello, las configuraciones de los nuevos
niveles de construcción de sentido y compresión de la realidad, así como también de ejercer el
poder en el marco de la sociedad mediatizada. En este sentido, se aborda la representación de las
mujeres en dicha esfera, en tanto espacio de visibilidad, litigio y legitimación, y se analiza-desde un enfoque comunicacional- la representación de Michelle Bachelet, la primera Presidenta de
Chile, en tanto referente simbólico de las mujeres en espacios de poder.
Dicho debate se constituye en torno a cinco ejes temáticos centrales: i) El espacio
público, ii) De la mediatización de lo político, revisitando el concepto iv) Los medios de
comunicación en Chile v) Los medios y su rol en la constitución de las identidades y, finalmente,
vi) Representación de la mujer en política: El caso de Michelle Bachelet.
Posteriormente, se presenta el análisis del proceso eleccionario parlamentario de 2009, en
el que se evidencia que las candidatas si bien fueron cubiertas por los medios estudiados, su
presencia fue marginal y de escasa visibilidad en el espacio textual, limitando con ello su acceso a
estructuras discursivas y, por tanto, excluyendo, invisibilizado y censurando su existencia social y
legitimando un orden simbólico en que las mujeres siguen siendo advenedizas en los espacios de
poder. Sumado a ello, la investigación muestra que pese a que las mujeres han ingresado
paulatinamente en el espacio público mediático, incluso, siendo abordadas investidas de poder
(PNUD, 2010), las representaciones presentes en los medios continúan produciendo y
reproduciendo roles tradicionales que restan legitimidad a las capacidades y al accionar político
de las mujeres. Las candidatas que han sido visibilizadas, forman parte de los conglomerados
políticos dominantes y los discursos que se constituyen en torno a ellas reproducen estereotipos
que perpetúan las desigualdades de género. Si bien el impacto simbólico que generó el gobierno
de Michelle Bachelet abre un punto de inflexión e invita a cuestionarse los arquetipos enraizados
socialmente, se evidencia que no ha sido posible reconfigurar el imaginario público que sostiene
las construcciones sociales que asigna posiciones divergentes tanto a hombres como a mujeres,
mermando con ello las posibilidades de que éstas puedan constituirse como sujetas políticas.
En este sentido, es importante atender que la construcción de la identidad de género no se
constituye como un proceso estático e inalterable, sino que se articula como uno dinámico que
puede ser reinventado de acuerdo a la movilidad propia de la cultura y la sociedad; y desde ese
prisma, el estudio de los medios de comunicación en torno a la representación que estos hacen de
las mujeres en el espacio público/político, constituye una herramienta de vital importancia para comprender la realidad social e incidir en su transformación. Tal como postula Bourdieu (2000) la
dominación masculina opera inconscientemente y para removerla se requiere transformar las
estructuras que la sustentan. | en_US |