Abstract | dc.description.abstract | El “modelo” de la información propuesto por Claude Shannon en 1949 en su libro The Mathematical Theory of Communication ha sido paradigmático para el desarrollo de la teoría de la comunicación hasta el día de hoy. Dicho "modelo" (con claras influencias de la Retórica Aristotélica) ha sido reconocido y valorado por importantes autores (ver Eco, 1985), pero también ha sido criticado por diversos teóricos de la comunicación (ver Cortés, 1992) por ser un "modelo hipodérmico" o "telegráfico". Es decir, una visión direccional (causal lineal) de la comunicación, donde se considera a ésta como un fenómeno similar al que ocurre en la transmisión de mensajes entre máquinas. Se supone la existencia de al menos un “Emisor”, un “Mensaje” y un “Receptor” (equivalentes “telegráficos” del “orador”, “discurso” y “oyente” de la retórica aristotélica). Esta concepción técnica de la comunicación fue consecuentemente trasladada a la comunicación humana. El mejor representante de este enfoque fue David Berlo, con su ya clásico texto "El Proceso de la Comunicación"(1960). En definitiva, para estos enfoques, “la comunicación es... un intercambio de datos. No obstante, los datos no logran nada por sí mismos... el fenómeno mismo está faltando” (Flores, 1994).
Contrastando con este modo de concebir la comunicación, y la comunicación humana en particular, surge el llamado Enfoque Interaccional (E. I.). Un enfoque que se fundamenta en la Teoría General de Sistemas, en la Cibernética, y en los aportes de uno de los investigadores que participó en la generación de esta ultima disciplina: Gregory Bateson.
Gregory Bateson, antropólogo, puede ser considerado, sin lugar a dudas, el "padre espiritual e intelectual" de esta nueva concepción de la comunicación conocida como el E. I. o Enfoque Pragmático de la Comunicación. El encabezará el desarrollo de una “escuela” -que irá más allá del campo específico de la comunicación- que representa una ruptura, tanto teórica como epistemológica, respecto del "modelo telegráfico". Esta “universidad invisible” (Winkin, 1984 ) incluye investigadores tan destacados como Paul Watzlawick, Jay Haley, Don Jackson, Erving Goffman, Edward Hall, Ray Birdwhistell y Carlos Sluzki. Sin embargo es el trabajo inicial de Bateson el que logra incentivar y aglutinar a este grupo de seguidores. Probablemente, sin Bateson el E. I. no se hubiera desarrollado. | en_US |