Abstract | dc.description.abstract | En este trabajo se estudió la geología y los registros históricos, tanto del aluvión del 24 de marzo de 2015 de Chañaral, como de eventos previos, deduciendo los factores geológicos, geomorfológicos, meteorológicos, climáticos y antrópicos que influyeron en su impacto en la ciudad, a partir de la bibliografía disponible al respecto y de análisis propios realizados en terreno, laboratorio y gabinete.
Se caracterizó el impacto del aluvión a partir de las características de sus sedimentos en Chañaral: su extensión (2,75 km2 en tierra y alturas de inundación hasta 3,7 m), su contexto fisiográfico (cauce principal, desborde norte y desborde sur proximal, intermedio, lateral y terminal), la granulometría de las facies, la composición de los sedimentos y la dinámica del flujo durante sus distintas etapas. A partir de esto, se concluyó que se trató de un flujo de barro (o mudflow), donde los sedimentos transportados provienen de toda la cuenca del río Salado, en particular desde las zonas de la Depresión Central hacia la Pre-Cordillera.
Se registraron, en el siglo XX, 4 eventos de precipitación extrema que generaron aluviones o inundaciones en la hoya del río Salado: los aluviones de 1940 y 1972, y las inundaciones de 1983 y 1991. Los mecanismos de precipitación, determinados a través del re-análisis meteorológico, de estos eventos fueron de lluvias de verano ( Invierno Boliviano ) para el de 1972, Baja Segregada para 1983 y Anticiclón de Bloqueo para 1991, ambos en invierno. El evento del 2015 fue generado en el marco de una Baja Segregada con Anticiclón de Bloqueo. Comparativamente, el aluvión de Tocopilla de 2015 se dio bajo una Vaguada Profunda.
Se determinaron los factores condicionantes, gatillantes e intensificadores del aluvión del 2015. Como factores condicionantes se tiene la geomorfología de la hoya del río Salado, que presenta un cambio abrupto de pendiente entre la Pre-Cordillera y la Depresión Central (1800 m de altura en 40 km, aproximadamente), y todos sus afluentes se unen en una sola desembocadura en Chañaral; la disponibilidad del material, que proviene tanto de los depósitos no consolidados (como los ubicados en los cauces de los afluentes y de unidades como las Gravas de Atacama) como del derrumbe y erosión de formaciones rocosas en la Pre-Cordillera; y el clima de la zona, que al ser árido con baja cantidad de lluvias, favorece la acumulación de material disponible para ser movilizado durante eventos extremos de precipitaciones.
El factor gatillante fue un evento de precipitación torrencial en la región, donde la localización en la Pre-Cordillera de la mayor cantidad de agua caída, una isoterma cero alta (5000 m.s.n.m.) y una gran cantidad de humedad atmosférica proveniente del trópico, fueron capaces de generar aluviones, a diferencia de otros eventos donde no se cumplía algunas de estas condiciones. Este evento se da durante un episodio El Niño, al igual que los eventos previos, con excepción del evento asociado a lluvias estivales ( Invierno Boliviano ), que se dio durante un episodio La Niña. Existe la posibilidad de un aumento de episodios extremos El Niño debido al cambio climático antropogénico lo que podría aumentar la recurrencia de aluviones en esta y otras zonas.
El evento de marzo de 2015 ocurrió durante un episodio El Niño en desarrollo, al igual que los eventos previos, con excepción del de 1972 que ocurrió durante la transición a un episodio La Niña. Existe la posibilidad de una intensificación de los episodios extremos asociados a El Niño y La Niña, debido al Cambio Global, lo que podría aumentar el impacto de aluviones en esta y otras zonas. El contexto geomorfológico y el diseño urbanístico de la ciudad de Chañaral, así como obras de mitigación subestimadas en el río Salado, contribuyeron al fuerte impacto de este proceso geológico en el casco histórico de la ciudad. | en_US |