Un tercio del borde costero de Chile se compone por territorio
insular, el cual se extiende desde Chiloé hasta el extremo sur
de Tierra del Fuego. Son decenas de islas de distinto tamaño
relativamente cerca unas de otras. Esta característica geográfica
es particular y sólo se encuentra en algunas partes del mundo,
como en Los Países Bajos, donde su forma de conquistar
el territorio se realiza a través de los canales en el espacio
intersticial conformado por las islas.
En el caso de nuestro país, el medio marino se contempla
en un segundo plano, por cuanto el vehículo terrestre el que
tiene preponderancia, acusando el hecho que- la mayoría de
las veces – el único equipamiento costero en una isla es: una
rampa.
Las Islas ubicadas entre Chiloé y Chaitén no son la excepción.
A pesar de tener una relativa mayor densidad poblacional
respecto de las islas ubicadas en el extremo austral de Chile, se
comprueba que el medio de transporte – por excelencia – es
el ferri.
Justamente es en esta cadena de islas, donde se ubica el
proyecto y es que se reconoce un nicho sin mayor elaboracióncomo potencial de desarrollo económico para sus habitantespor ende, se busca consolidar rutas para el pescador artesanal,
que - como se verá en detalle más adelante- es la principal
fuente de ingresos.
Se propone un sistema de “artefactos portuarios” que cumplen
la función de nodos dentro de un circuito mayor. Estos nodos
buscan solventar las actividades y resolver las condiciones
presentes en la pesca y movilidad marítima de embarcaciones
de menor tamaño. Este modelo de proyecto tendrá la capacidad
de replicarse en otras islas, ubicadas más al extremo sur del
país.