La presente memoria tiene el objetivo de conocer a modo exploratorio la calidad fisicoquímica,
de las aguas embotelladas minerales y purificadas en venta en el mercado chileno.
El mercado de agua embotellada chilena ha mostrado un crecimiento continuo en los últimos
años y ofrece una amplia gama de productos que los consumidores tienden a asociar con un
estilo de vida saludable. Sin embargo, el marco regulatorio vigente (MINSAL, 1997) no obliga
a declarar en los envases la composición química del agua y, el consumidor elije sin conocer la
calidad de estas aguas. Este trabajo de investigación es el primer paso hacia una valoración
más amplia de la calidad del agua que adquirimos y que se ha convertido en un producto de
uso cotidiano para un gran número de consumidores. El interés hacía la composición de las
distintas aguas que se encuentran a la venta nace de la ausencia de información detallada en
el etiquetado de los envases y la limitada información pública disponible al respecto.
En este estudio se analizaron diez marcas de agua embotellada disponibles en en venta en
la ciudad de Santiago. Todas las aguas analizadas son sin gas, en envases de PET con tapas
de PE. La capacidad de las botellas de cada marca es de 1,5 litros, con excepción de aquellas
que no venían en ese formato. No se tiene más información previa de la composición de las
aguas compradas que aquella en el etiquetado.
Los datos obtenidos han sido interpretados considerando las normas nacionales (Decreto
106 y NCH409/1) e internacionales y, los valores guía de diferentes organizaciones internacionales
(OMS, USEPA (IBWA), EU). Los resultados revelaron que la calidad de las aguas
analizadas es buena en general, cumpliendo con el reglamento de las aguas minerales chileno.
Se observó que las muestras de Jahuel, Jumbo y Puyehue superan las concentraciones permitidas
de arsénico por las normas internacionales y la NCH409/1, y la muestra de Cachantún
supera el valor guía para nitratos de la USEPA. La concentración de nitratos de Cachantún,
Jahuel, Jumbo y Porvenir resultan superiores a los valores naturales típicos de las aguas
subterráneas y además presentan concentraciones menores de uranio. Finalmente, las muestras
de Cachantún, Puyehue, Tottus y Benedictino presentan concentraciones relativamente
elevadas de boro y la muestra de Puyehue contiene concentraciones menores de mercurio.
Los hallazgos de este estudio permiten reconocer, según la normativa vigente, que existen
aguas embotelladas que no serían aptas como aguas potables. Esta peculiaridad podría ser
subsanada modificando las normativas vigentes, ya que el agua embotellada es para consumo
humano y, debiese cumplir con las normas del agua potable. Este estudio también demostró
que las aguas purificadas no son de menor calidad fisicoquímica que algunas aguas minerales
y que tampoco existe una clara relación precio/calidad. La limitación de esta investigación se
encuentra en la baja cantidad de muestras analizadas y entonces se recomienda la realización
de uno o más estudios con mayor cantidad de muestras, para adquirir más información sobre
la calidad y seguridad de las aguas embotelladas que consumen los chilenos.