Vuestros nombres, valientes soldados: la brecha en derechos y privilegios que separa a civiles de militares
Professor Advisor
dc.contributor.advisor
Cárdenas, Juan Pablo
Author
dc.contributor.author
Gaete Salgado, Catalina
Admission date
dc.date.accessioned
2017-11-29T15:44:05Z
Available date
dc.date.available
2017-11-29T15:44:05Z
Publication date
dc.date.issued
2014
Identifier
dc.identifier.uri
https://repositorio.uchile.cl/handle/2250/145906
General note
dc.description
Memoria de Título para optar al título de Periodista
es_ES
Abstract
dc.description.abstract
La primera alocución del presidente Salvador Allende Gossens, emitida por Radio Corporación a sólo horas de perpetrarse el Golpe de Estado, es fiel evidencia de su confianza; su confianza en el proyecto que mediante vía democrática había logrado instalar a la Unidad Popular en la primera magistratura del país y que tenía a la institucionalidad como pilar fundacional de este proceso. Las Fuerzas Armadas también formaban parte de aquella institucionalidad que sostendría la vía chilena al socialismo. Los generales y oficiales no merecían recelo ni desconfianza, pues tal como expresara Salvador Allende desde palacio, “han jurado defender el régimen establecido, que es expresión de la voluntad ciudadana”. Pero la confianza del presidente fue severamente traicionada, y con ello las Fuerzas Armadas y de Orden inscriben en la historia de Chile el más oscuro de sus legados. Cuarenta y un años después de la insurrección, los militares pueden estar tranquilos. Su arremetida contra la nación no tuvo mayores consecuencias, pues en términos materiales y simbólicos, las Fuerzas Armadas aún cuentan con amplias libertades, derechos y privilegios sociales. Gozan de un mundo construido y garantizado para ellos. Previsión propia sin fondos ni especulaciones bursátiles; una vivienda sin subsidios y una educación impartida por y para sí mismos asegurarán los más altos estándares de calidad de vida. Aunque no son éstos los únicos “tratos especiales”. La institucionalidad pública y los poderes del Estado parecen estar ajustados a la medida de la milicia. Su presupuesto está compuesto de forma exclusiva por capitales provenientes del cobre y su justicia es una excepcionalidad jurídica profundamente injusta para civiles y militares.
La información sobre estas condiciones privilegiadas no está oculta. Sólo algunos datos, relacionados con la seguridad nacional y la defensa del Estado, protegidos por el Código de Justicia Militar, se encuentran denegados como información pública para la población. Todos los otros antecedentes, organigramas, leyes, decretos y presupuestos están disponibles y sistematizados para su consulta, aunque diluidos en el mar de contenidos. Si no es por algún acontecimiento específico, como ocasionales proyectos de ley relacionados, los militares tampoco figuran en la prensa. Son pocos quienes parecen alarmarse por tal cantidad de privilegios garantizados para tan mínima porción de la población. Es por ello que este trabajo, respondiendo al llamado de levantar información de interés público desde una perspectiva crítica y acabada, tomará en sus manos la publicación unificada de estos beneficios exclusivos para las Fuerzas Armadas, mediante la investigación, la recopilación de datos y la realización de entrevistas. Se dibujará un mapa que contribuye a entender qué lugar le ha entregado la sociedad chilena a los militares, en desmedro de todo civil que no goza de sus beneficios. Este material periodístico se propone cuestionar la vigencia de su excepcionalidad social, detallando los motivos que harían de las Fuerzas Armadas un enclave intocable que obstaculiza el camino hacia la consolidación democrática.