Nuestro país posee condiciones excepcionales para el desarrollo de la actividad agrícola. Diversos rubros de esta área productiva han alcanzado la condición de líderes a nivel regional. El cultivo de especies frutícolas se ha transformado en el motor económico en diversas regiones de nuestro país por la demanda de mano de obra, servicios agrícolas e inversión que implica. Cultivos de berries, carozos, manzanas y frutos secos se han convertido en determinantes a nivel nacional por los recursos que anualmente generan.
Sin embargo, no toda la cadena productivo exportadora logra los mismos niveles de retribución por lo esfuerzos y riesgos asumidos. Las últimas temporadas agrícolas han enfrentado severos desafíos en muchos actores del negocio. Fenómenos naturales como heladas, lluvias y altas temperaturas han incorporado una cuota de incertidumbre no siempre bienvenida en el negocio. Asimismo, la incorporación de nuevos actores que amenazan con generar fuerte competencia ha elevado alertas.
Pequeños y medianos agricultores buscan como rentabilizar sus operaciones mediante la aplicación de prácticas agrícolas mejoradas, tecnología en aplicaciones de temporada, mejores prácticas postcosecha, etc. Sin embargo, todos estos esfuerzos tienen un aporte limitado. La alternativa disponible es la integración en la cadena de comercialización/exportación.
El presente trabajo pretende entregar una visión inicial de las posibilidades que pequeños y medianos productores tienen al integrarse a fases más avanzadas del ciclo del producto. Mediante la presentación simplificada de dos modelos comparados se logra demostrar que con acciones de mediana complejidad es posible capturar valor adicional a favor de estos agricultores.
Debido a que el factor escala es crítico por las economías y poder negociador que genera, se configura la necesidad de desarrollar este proyecto con un nivel mínimo que permita rentabilizar y viabilizar el negocio. Para esto se ha seleccionado un grupo de cinco agricultores que en forma asociativa procederán a procesar y comercializar la producción de sus campos. Simplificando el análisis se determinó que la actividad de exportación generó la suma de US$/Ha 1.435 adicionales (Ver Cuadro 7: Evaluación Negocio Comercialización Producción 1 Ha.)) a los US$/Ha 1.338 (Ver Cuadro 6: Rentabilidad Anual de Campo por Hectárea). Ambas cifras medidas como margen bruto.
Llevando el ejercicio a una escala de cinco productores, se demuestra que es posible rentabilizar la operación del Proyecto Asociativo de Exportación de Almendras. Este nivel de operación cubre los costos fijos de administración y entrega un remanente interesante para los productores.