Abstract | dc.description.abstract | Nuestro planeta está animado por dinámicas telúricas que se manifiestan en temblores de diversas magnitudes, terremotos que llegan a dañar el hábitat humano y pueden reconfigurar la geografía existente, y tsunamis que arrasan con los asentamientos costeros. En Chile, estos eventos naturales participan en la construcción de una manera particular de habitar el territorio. Durante los pocos minutos que dura un terremoto, las pocas horas que se demoran las olas del mar en calmar su agitación, por un lado, los habitantes de este país entran en sintonía, dejando emerger emociones de solidaridad, y por otro lado, se pone en marcha un proceso de “situación de emergencia”. La “situación de emergencia” debida a estos dos eventos naturales se inicia con una ruptura del cotidiano, para dejar espacio a un tiempo post-evento antes de que se abran las etapas de vuelta al cotidiano. Aquella instancia de “tiempo post-evento” pone en crisis la intimidad de los chilenos y sus bienes materiales (casa, pertenencias). Los sentimientos de necesidad de seguridad, de sociabilización y de solidaridad que mueven los habitantes en este tiempo preciso consisten un capital social (llamado Sigma). Surge por ende la pregunta de ¿Cómo, desde la arquitectura, completamos y/o mejoramos el proceso existente?
La arquitectura, desde un enfoque fenomenológico, tiene un rol trascendental en la medida en que marca la permanencia en el mundo físico de lo que nos escapa (el tiempo, la vejez, la muerte). El tiempo post evento mencionado no deja rastros de la vivencia de este empuje común chileno, que sin embargo, está condenado a reiterarse a la próxima descarga de energía de la Tierra. Se abre la oportunidad, con esta investigación, de dar cabida a este momento, de empeñarse en cultivar estos dos minutos, que ponen en relación los chilenos con ellos mismos, sus pares, su territorio y sus identidades. Posibilitar, con la arquitectura, que este momento se vuelva trascendental y recorra las etapas de vuelta al cotidiano hasta convertirse en un integrante de la vida local. Surge la idea de un “refugio Sigma” que esté presente en las diferentes escalas del territorio y desde la etapa de prevención, asegurando la continuidad espacio-temporal y fomentando la organización y participación local. El carácter impredecible de ambos fenómenos naturales y de sus magnitudes obliga a elegir un escenario real espacio-temporal (Dichato- 27 de febrero de 2010) para formular un escenario propuesto (Dichato- 27 de febrero 2010), recreando lo ocurrido e integrando las variables particulares del lugar de emplazamiento y sirviéndose de la experiencia pasada. En este sentido, Dichato está desarrollando un espacio seguro (Cesfam, Bomberos, estanques de agua) en los cerros cercanos, y, con aquello, iniciando un proceso de
colonización del cerro en la ruta a Tomé. Con el fin de brindar un uso vecinal y cotidiano, se propone un “Parque de la Emergencia de la Solidaridad” para Dichato que será apoyo a las actividades residenciales vecinales (reunión de vecinos, eventos festivos, salidas familiares), organización local (agrupaciones), a las actividades del Cesfam (talleres para adultos mayores, embarazadas y para niños) y al turismo (camping). | |