La niñez abarca los primeros años de nuestras
vidas, es un periodo fugaz que sin darnos cuenta termina, un periodo corto considerando que
en promedio en Chile se viven 80 años, pero
que sin lugar a dudas nos marca para toda la
vida, este es un periodo decisivo que define las
bases de lo que seremos en nuestra vida adulta,
no es discutible que la ciudad está hecha por y
para los adultos, ¿cómo afecta esto la los niños
y su percepción de la ciudad?, Un niño no la ve
bajo la misma lógica funcional que un adulto,
para un niño todo es nuevo y motivo de curiosidad, gracias a su capacidad imaginativa cada
ambiente puede ser algo distinto, y puede simplemente estar en otra parte, la ciudad debería ser un gran espacio de exploración, un telón de
fondo inagotable para la imaginación.
Como la percepción de los espacios por los
niños no responde a patrones de uso, su entendimiento no está basado en el cómo es “correcto” usar los espacios. Ellos transforman las
formas abstractas de los espacios en diferentes
historias una y otra vez, si pensamos en los
lugares de la ciudad donde juegan los niños,
estos por lo general usan los espacios sobrantes de la ciudad, esquinas que se equipan con
juegos coloridos, pero que siempre mantienen
la misma lógica adulta de la forma correcta de
usar dichos equipamientos, no hay lugar para
usos flexibles ni menos aún sacar provecho de
la imaginación de los niños.