Abstract | dc.description.abstract | Históricamente la violencia sexual ha sido utilizada en conflictos armados, guerras y dictaduras como una forma de ocupación simbólica del territorio y humillación del enemigo. Ha sido una constante en todas las guerras que han existido, antiguamente, estaba contemplada en el derecho internacional sólo como un acto que atentaba contra el pudor. Recién a partir de los juicios sobre los conflictos de Yugoslavia y Ruanda es que se logra reconocer la violencia sexual en sus distintas expresiones como constitutiva de crímenes de guerra y lesa humanidad, e incluso, de genocidio. En la actualidad, esta mayor preocupación pública ha sido fruto en gran medida de los esfuerzos de las organizaciones y movimientos internacionales de mujeres dentro y fuera de los lugares afectados por esta violencia.
La violencia sexual hacia las mujeres en América Latina en contexto de represión política ha sido una cuestión poco tratada por las disciplinas que se encargan de estudiar el impacto que las dictaduras militares tuvieron en la población civil y en la oposición política en el marco de la violación a los derechos humanos. La adherencia y consideración de protocolos internacionales por parte de los Estados, no siempre se ha traducido en respuestas que hayan significado una mayor protección para las mujeres sobrevivientes.
Durante la dictadura sufrida en Chile, acaecida entre los años 1973 y 1990, diversas organizaciones defensoras de Derechos Humanos, agrupaciones feministas y sobrevivientes, como la Agrupación de Familiares de Detenidos desaparecidos (AFDD, 1974), Mujeres Por la Vida (1978), el Movimiento Pro-emancipación de la Mujer (MENCH, 1983) o La Morada, a través de diversos medios, comenzaron a denunciar la situación de las presas políticas en las cárceles y la desaparición de centenares de ellas. Esto abrió camino para que, con la vuelta a la democracia y tras una larga historia de silenciamiento, la violencia sexual en dictadura pasara a formar parte de una esfera de interés tanto académico como público. De esta forma, Chile se ha perfilado como un caso paradigmático en la medida que han ido apareciendo, en los últimos años, estudios que han incorporado la perspectiva de género en materia de represión política durante la dictadura de 1973. Donde hemos sido testigos de cómo la visión androcéntrica en todos los ámbitos de la sociedad ha conllevado, una vez más, a la invisibilización de las mujeres en la historia reciente de este continente.
La presente memoria de título, toma como marco de referencia la perspectiva de género y las contribuciones feministas al análisis de la violencia sexual perpetrada por agentes del estado en contextos de detenciones arbitrarias y secuestro durante la dictadura chilena, donde se entrelazan la demanda de acceso a la justicia, la búsqueda de reparación con la necesidad de desarmar el androcentrismo, todavía muy presente en los llamados tiempos de democracia en Chile. A través del análisis cualitativo del proceso de organización de un grupo de mujeres sobrevivientes, se espera reflexionar sobre la necesidad de construir un discurso público, paso previo para la recolocación de las mujeres como sujetos de historia y como una medida de visibilización de la violencia específica contra las mujeres y como forma de búsqueda de reparación por parte de ellas mismas frente a la falta de respuestas por los organismos especializados ante la violencia sexual institucional | es_ES |