Aerosoles secundarios en Santiago de Chile: estado y tendencias
Professor Advisor
dc.contributor.advisor
Gallardo Klenner, Laura
Professor Advisor
dc.contributor.advisor
Hunneus Lagos, Nicolás
Author
dc.contributor.author
Menares Menares, Camilo Fernando
Associate professor
dc.contributor.other
Seguel Albornoz, Rodrigo
Associate professor
dc.contributor.other
Rondanelli Rojas, Roberto
Admission date
dc.date.accessioned
2020-10-03T17:51:32Z
Available date
dc.date.available
2020-10-03T17:51:32Z
Publication date
dc.date.issued
2020
Identifier
dc.identifier.uri
https://repositorio.uchile.cl/handle/2250/176992
General note
dc.description
Tesis para optar al grado de Magíster en Meteorología y Climatología
es_ES
Abstract
dc.description.abstract
A pesar de la reducción de las concentración de partículas, total (MP2.5) y parcialmente (MP10) respirables, observadas en Santiago de Chile desde mediados de los años 1990, informes recientes de la Organización mundial de la Salud (OMS), muestran que la ciudad de Santiago aún se mantiene entre las áreas urbanas más contaminadas del mundo. Los planes de descontaminacíon implementados desde 1997 han enfatizado medidas destinadas a frenar las actividades responsables de la emisiones primarias de aerosoles, pero, hasta ahora, poca atención se ha prestado a la contaminación fotoquímica.
Sin embargo, las razones de mezcla de ozono (O3) en el este de Santiago regularmente exceden 110 ppbv en verano, mientras que en invierno las razones de mezcla a menudo alcanzan máximos de 90 ppbv. Además, la suma de O3 y dióxido de nitrógeno (NO2), denominada Ox (Ox = O3 + NO2) y utilizada como un estimador de la actividad fotoquímica atmosférica, muestra una tendencia creciente de más de 3.5 ppbv por década en 5 de 8 estaciones en Santiago, donde se dispone observaciones de estas especies. Esta tendencia es impulsada por el aumento de NO2, posiblemente asociado a las crecientes tasas de motorización en Santiago.
A falta de datos de la especiación química a largo plazo para aerosoles, este trabajo utiliza la traza de monóxido de carbono (CO) como indicador de aerosoles primarios y los máximos diarios de ozono (O3max) como indicador de la formación de aerosoles secundarios. Esto con el fin de generar una estimación empírica de la fracción secundaria de MP2.5. Esta estimación es comparada con la provista por un modelo de dispersión y transporte químico de última generación (EMEP). Ambas aproximaciones son comparables y evidencian una fracción de aerosoles secundarios, que alcanza una contribución cercana al 50\% en el total de MP2.5 en los últimos años. Todo esto muestra la necesidad en la toma de nuevas medidas enfocadas a controlar la contaminación fotoquímica en el plan de
descontaminación regional. Esto es relevante por los impactos sobre la salud y el clima regional.