Abstract | dc.description.abstract | El envejecimiento de la población es una situación que plantea desafíos a la salud
pública, considerando el tipo de necesidades específicas que esto implica. En cuanto a la
esperanza de vida y esperanza de vida saludable, se observan diferencias marcadas entre
mujeres y hombres, en que la tendencia es que las mujeres vivan más, pero que pasen más
años en peores condiciones de salud. Esto indica la necesidad de estudiar las
especificidades de mujeres y hombres mayores en relación a la salud, considerando la
importancia de desarrollar políticas públicas con enfoque de derechos y que aborden las
inequidades sociales en salud, ente ellas las relativas al género. Dado que el género, al igual
que la vejez, son categorías socioculturalmente construidas, resulta relevante generar
evidencia desde un enfoque que incluya la perspectiva de las ciencias sociales.
Para efectuar eso, este estudio se fundamentó en la teoría de las representaciones
sociales, para conocer cuáles eran las representaciones sociales de la salud de mujeres y
hombres mayores, usuarios de centros de atención primaria de Santiago. A través de esto,
se buscó iluminar el sentido que la salud y las prácticas en torno a ésta tienen para este
grupo de la población adulta mayor, con el fin de genera evidencia que aporte a la
pertinencia de políticas, programas e intervenciones orientadas a promover y mejorar la
salud de las personas mayores en Chile.
La investigación fue descriptiva, con enfoque cualitativo y empleo de técnicas mixtas
de recolección de información y análisis, a saber, aplicación de cuestionarios de manera
individual y grupos focales con el primer fin, y análisis prototípico, análisis factorial de
correspondencias y análisis dialógico del discurso, en el segundo. La muestra estaba
constituida por personas de 70 años o más, sin deterioro cognitivo, inscritas en centros de
atención primaria de dos comunas de Santiago.
Los resultados señalaron el predominio de elementos relacionados con
enfermedades y síntomas, e instancias de prevención, tratamiento o cuidado. El análisis
dialógico mostró que las trayectorias vitales de mujeres y hombres configuraban
representaciones sociales de la salud diferentes. Las mujeres aparecieron vinculadas a roles
en el ámbito doméstico y familiar, dentro de los que cabía el cuidado de la salud de los
miembros de la familia; se consideraba más propia de ellas la capacidad de desenvolverse
en el sistema de salud. Dificultades en su capacidad de ejercer roles en el ámbito doméstico,
fueron descritas como la principal consecuencia de los problemas de salud. Se consideró
como propio de los hombres el tener dificultades para desenvolverse en el ámbito del cuidado de la salud; entre ellos, se expresó una paradoja en términos de, por una parte,
demandar una mejora en la provisión de servicios de salud, como forma de obtener
reconocimiento social por su aporte a la sociedad como trabajadores remunerados, y por
otra, señalar el deber de asumir la responsabilidad personal por sus problemas de salud
actuales, a raíz de su falta de consciencia y cuidado en el pasado.
Se concluye, en general, la necesidad de considerar la relevancia de los aspectos
socioculturales vinculados a los procesos involucrados en la situación de salud de las
personas, de modo de desarrollar políticas, programas e intervenciones capaces de generar
cambios sociales e involucrar a las comunidades locales en el cuidado de la salud, y en
particular, por una parte, incorporar el enfoque de género a las políticas y programas de
salud pública, dada la importancia de este ámbito en la situación de salud a lo largo del ciclo
vital, y por otra, transformar los centros de atención primaria y servicios de salud de otros
niveles, en espacios que sean sensibles y respondan a las necesidades de las personas
mayores. | |