El cistema como un constructo de marginación social : la apropiación y la reivindicación del insulto en el espacio público

Abstract

Este escrito expone un análisis, crítica y reflexión sobre los constructos sociales relacionados al género y la sexualidad, y el cómo estos se ven impuestos dentro de una sociedad cis hetero patriarcal y ultra neoliberal. Principalmente desde un punto de vista performativo y transgresor, donde se ve enfrentada las normas y límites de los habitantes de una ciudad en contraposición de determinadas minorías sexogénero divergente y que justamente se ven expuestas y enfrentadas en el espacio público. Esto conlleva a investigar ciertos parámetros relacionados inicialmente a la ciudad sobre modernizada, y el cómo esta se ha visto afectada de su carácter funcionalista, principalmente para quienes la habitan y su entorno, don - de la individualización, el enmascaramiento y la falta de empatía ha permitido la marginalización y discriminación de determinado grupo social, sobre todo cuando estas se ven afectadas desde lo público, donde el miedo ha tomado forma en estos cuerpos marginalizados debido a la violencia sistemática que los ha invalidado como seres humanos que comparten los mismos derechos y espacios que cualquier otro. Para afrontar esta situación se indaga en el arte contextual como el medio esencial para despertar el pensamiento crítico en la ciudadanía, reflexionar sobre el cómo este procedimiento artístico permite intervenir los lugares de tránsito en pos de generar una mayor participación ciudadana sobre temas y problemas que afectan a su propio contexto, y que producto de la cotidianeidad —presente en dichos espacios de tránsito— resulta en un completo desapercibimiento, sometiéndolos deliberadamente al acto de “vivir para producir”. En consecuencia se incorpora una crítica sobre la tradición estética del arte y su elitización cultural poniendo un mayor énfasis en la acción autopoética del arte, la cual permite que los habitantes sean parte del proceso y resultado de una obra, donde logran apropiarse del espacio público, identificándose con él y buscando una nueva forma de ver, sentir y vivir la ciudad, desde la propia experiencia de habitar “el aquí y el ahora” y así identificar, reflexionar y criticar sobre de - terminadas normas y límites que han vulnerado la realidad de determinadas identidades sociales. Sobre esto último, se considera al insulto como aquella palabra y/o expresión que se manifiesta en los espacios públicos y de tránsito para la apropiación y reivindicación de este mismo, como un acto estratégico para no dejarse afectar más por él, sino que reflexionar sobre dicho acto connotativo como aquel que llega de golpe y de manera violenta a estas identidades marginalizadas cargado de estructuras sociales impuestas que el espacio público permite reproducir. En concreto, se invierte el efecto discriminatorio del insulto, acercándose voluntariamente a eso que asusta y oprime como una estrategia para afectar dicho insulto en vez de dejarse afectar por él —que pertenece y que identifica la realidad e identidad de estas personas. En definitiva, se establece la existencia de las disidencias sexogénero divergentes como un acto de lucha, de apropiación de los espacios públicos, de un proceso reivindicativo que emerge de su propia resistencia.