Jugar en el límite : un bosque comestible y jugable para una frontera social y urbana

Abstract

El presente proyecto se basó en una investigación realizada en la ciudad de Santiago sobre la percepción espacial infantil respecto a la relación de su vivienda con la calle, en la cual se obtuvieron resultados respecto a la baja sociabilidad que tenían los niños y niñas de diversos grupos socioeconómicos en el espacio público de su entorno inmediato. Con esta idea en mente, se buscó llegar a un lugar residencial en donde existiera la presencia de grupos sociales diferentes que tuvieran la posibilidad de compartir algún espacio público intermedio, lo que llevó al descubrimiento de los barrios socialmente diversos. Dentro de estas opciones, se escogió como caso de estudio al barrio Escrivá de Balaguer en la comuna de Lo Barnechea. El cual, comprueba algunas de las críticas a la integración social, como, por ejemplo, que la cercanía de diversas clases sociales no necesariamente significa integración, más bien todo lo contrario. De hecho, en el caso de estudio escogido se materializa la división de los sectores con un muro. Para abordar esta problemática se profundizó integrando dos perspectivas que dialogan entre sí. La primera, plantea que el diseño de las ciudades ha marginado a los niños y niñas de zonas delimitadas protegidas sin incluirlos en el espacio urbano genérico. Debido a esto, la infancia ha sido un grupo subvalorado en cuanto a su potencial revitalizador y transformador del espacio público. En consecuencia, se elabora este proyecto desde la mirada del empoderamiento infantil, que integra tanto la perspectiva de estos, como las metodologías de apropiación del espacio que se da en los “playgrounds”. Siendo esta una alternativa para darle un nuevo significado al espacio limítrofe. La segunda perspectiva, se refiere al equipamiento vecinal, proponiendo un bosque de alimento que se encuentre en coherencia con la perspectiva de la infancia y suponga una manera sustentable de crear comunidad y soberanía alimentaria. Debido a la segregación y las características fronterizas que tienen ciertos espacios en nuestra ciudad, se plantea un bosque comestible regenerativo que se encuentre en el espacio umbral y funcione como un lugar de educación a través de su observación, regeneración, producción y juego. Por lo que fundamentalmente proveería un espacio de integración en el que se pudiese disminuir la brecha, provocando una sutura urbana. Se analizará entonces este borde entre dos realidades sociales opuestas y se propondrá intervenir desde un equipamiento público que logre contemplar los intereses que puedan tener estos dos grupos. Además, se plantea eliminar el muro a través de etapas que serán guiadas según la participación de los vecinos del sector, contando entonces con una perspectiva comunitaria, ambientalista y de infancia. Por último, es importante mencionar que este proyecto surge desde la arquitectura, por lo que busca ser una opción de intervención del espacio particular estudiado y no la solución al problema de la segregación y la discriminación en Santiago.