Villa Costera Viña del Mar : proyecto de título como ejercicio para redefinir el complejo deportivo en Chile

Abstract

Hoy los parques olímpicos son planificados y construidos en un periodo aproximado de siete años, utilizados en una máxima extensión de cinco meses entre los eventos pre olímpicos, olímpicos y paralímpicos. Para esto se puede observar el caso de los JJOO Beijing 2008, el Parque Olímpico de Chaoyang y la Pajarera (el estadio principal de los Juegos) como parte de los proyectos realizados para el megaevento. Esta propuesta significó la inversión más grande en la historia de los JJOO con 40.000 millones de dólares, 26.000 millones más que para los JJOO de Atenas 2004. Hoy estos complejos se encuentran en desuso. Si bien se pueden considerar muy exitosos en su vida útil, estos proyectos pueden terminar por convertirse en Elefantes Blancos en medio de la ciudad, no solo como edificios aislados en un terreno generalmente amplio, sino como un complejo objeto arquitectónico durmiente en medio de una configuración urbana activa. Es así como desde la organización de los JJOO Londres 2012 se plantea una nueva lógica para enfrentar el megaevento deportivo con una perspectiva sustentable tanto en lo político, económico y social. Considerando la vida post evento en el diseño y planificación del mega evento deportivo, es que se plantea como proyecto un edificio de equipamiento deportivo en contexto de ciudad que se enfrente tanto al megaevento como a la vida cotidiana. Para esto situó el proyecto en el contexto de los Juegos Panamericanos Santiago 2023, como parte de la infraestructura planteada por la organización. Dentro de los 19 recintos propuestos, se encuentra en la V Región la sede del borde costero de Viña del Mar. Es aquí donde se desarrollarán deportes como Vóleibol Playa, Triatlón, Natación Aguas Abiertas y Surf, planificado con un aproximado de 4.000 espectadores en total. Para esto se propone un proyecto que considere tanto el evento panamericano como su legado posterior. Un edificio compuesto por una parte permanente y una parte efímera, por lo que, terminada la primera vida del edificio, una parte desaparece y procede a una segunda vida. Dejando, así como legado un trabajo a nivel de suelo y en concordancia con su escala urbana. En su versión panamericana, el edificio responde tanto a sus requerimientos técnicos de competencia como a los de espectáculo. Esto podría considerarse un único edificio que resuelva la necesidad de todos los deportes, o podría ser un conjunto de elementos que conviven con la Villa Costera como elemento unificador. Para así, con el término de la competencia y de su primera vida, el edificio sea retirado del lugar. Por otra parte, el proyecto como legado y en su segunda vida considera un trabajo de borde costero (principalmente trabajo de suelo) a modo de configurar y equipar el borde de programa deportivo y otros usos. En miras de una inminente densificación de la zona. Y la planificación de un eje de equipamiento a partir de las partes retiradas en la primera etapa. Este se encuentra entre el Parque Sausalito y la costa, a modo de unir ambos sectores de Viña.