Abstract | dc.description.abstract | La protección del patrimonio industrial en Chile ha sido un tema de conversación que inició en la década de 1970 y que, hasta el día de hoy, carece de iniciativas y protocolos que puedan impulsar la protección y activación de éstos. Si bien esto puede ser señalado de otros tipos de patrimonio arquitectónico, debido a su complejidad y escala industrial, dichos edificios tienden a ser ignorados junto con su historia e impacto en su entorno, o son protegidos en papel, pero abandonados en la realidad, a la espera de que caigan por su propio peso.
Cuando hablamos de patrimonio arquitectónico industrial, debemos referirnos a todo el conjunto de realidades y espacialidades que tuvieron su origen en la industria (fábricas, bodegas, viviendas, escuelas, espacios de culto, etc.), dado que éstas son el testamento mismo de nuestro pasado. En torno a ellas existe, entonces, una memoria colectiva que de no ser nutrida y fortificada dejará de existir y junto con ello nos dejará de importar.
El presente trabajo realiza una investigación de la realidad del patrimonio industrial, de la ruina, y de los tres componentes que actúan sobre un edificio en su etapa final: tiempo, naturaleza y sociedad. A partir de dichos elementos reflexionará sobre cómo la sociedad, a través de la memoria y del aspecto intangible de la arquitectura, se vuelve una variable crítica al momento de proteger y reactivar el patrimonio industrial, y cómo es que la protección jurídica del patrimonio en Chile no la toma en cuenta, muchas veces poniendo el patrimonio en riesgo.
El Castellón, Ex Viña San Carlos.
En base a la problemática se realiza un catastro del patrimonio industrial en la Región Metropolitana, el cual se filtra en base a criterios de elección. Así, el proyecto de título toma como caso de estudio y trabajo la antigua bodega de la ex Viña San Carlos ubicada en Puente Alto, una ruina que evidencia las carencias de la política de protección.
Para el desarrollo del proyecto se toma, además, el terreno anexo a la bodega donde solía emplazarse la casa patronal de la viña, con tal de conseguir conectar la bodega, también conocida como El Castellón, con la Av. Concha y Toro, vía estructurante de la comuna.
Tomando en cuenta el emplazamiento céntrico del terreno, se desarrolla un proyecto que atienda a la realidad local de la comuna y que ofrezca espacios para su desarrollo cultural, social, y económico, haciendo de El Castellón un elemento activo dentro del tejido urbano. Así, la ruina se resignifica a la vez que nutre activamente la memoria colectiva y por ello su conexión con la sociedad. | es_ES |