Abstract | dc.description.abstract | El agua es un insumo crítico para el consumo humano y desarrollo del país, en particular para la industria minera de Chile. Si bien esta industria representa solo el 3.8% de la demanda total nacional, su desarrollo se enmarca en las regiones centro y norte, donde la condición de stress hídrico es preocupante. En la actualidad el consumo total de agua es 19 m3/s, de los cuales el 70% m3/s provienen de aguas continentales y el 30% de agua de mar. Al considerar la capacidad de recirculación de las plantas, el uso de agua para producir cobre se distribuye de la siguiente manera: 73% agua recirculada, 19% agua continental, 8% agua de mar. De acuerdo con las proyecciones de Cochilco, se estima que para el año 2031, el consumo total de agua en la industria minera supere los 23 m3/s, casi un 25% más de lo que hoy se consume.
Los estudios de organismos internacionales como OCDE, Foro Económico Mundial, World Resources Institute, entre otros, han puesto de manifiesto que el agua será una problemática importante para el desarrollo de toda la humanidad. En Chile, los estudios de la DGA y organismos como Fundación Chile, sólo por nombrar algunos, han puesto de manifiesto la disminución de oferta y disponibilidad de agua. La DGA a través del último balance hídrico nacional, ha estimado que en el peor de los casos las reducciones de disponibilidad de agua superarían el 50% en el período 2030-2060 debido al cambio climático. Como evidencia del problema, la sequía que afecta a la zona central del país ha implicado mermas en la producción de cobre de algunas mineras, teniendo que invertir grandes sumas de dinero en planes de contingencia para mitigar estos efectos.
En la última década, la gran minería ha realizado esfuerzos notables en mejorar la eficiencia de uso del recurso agua, reduciendo el consumo unitario, aumentando la reutilización e incorporando la tecnología de desalación de agua de mar en los procesos. Sin embargo, los desafíos son mayores considerando que la situación hídrica ha venido agravándose en las últimas décadas. El desafío de la industria minera es reforzar el compromiso de disminuir fuertemente el uso de agua continental: bajar del actual 19% a 10% en 2025 y a 5% en 2040 de acuerdo con la Política Nacional Minera 2050. Para esto, se requiere materializar en forma sustentable proyectos innovadores y tecnológicos, que incrementen más aún el uso de agua desalada, incorporar nuevas fuentes de aguas (industriales) y continúen con mejoras en los procesos, entre otras medidas de largo aliento, las cuales requerirán altas inversiones, permisos ambientales y sociales.
Las estrategias de gestión hídrica que implementen las mineras deben ser innovadoras, entendiendo que son una forma de relacionarse con los territorios en los que convivimos. La industria debe transitar hacia una mirada ecosistémica de los territorios, en la que se logre el desarrollo armónico tanto de los recursos mineros como de los demás intereses presentes en el entorno, a través de iniciativas de colaboración y trabajo en alianza con los distintos grupos de interés y los ecosistemas. Chile debe seguir siendo un país líder en la minería del cobre, la cual tendrá un rol fundamental en la transición a la electro-movilidad para reducir las emisiones globales e intensidad del cambio Climático. | es_ES |