Abstract | dc.description.abstract | Este trabajo tiene por objetivo conocer el modo en que los diarios El Mercurio y La Tercera
construyeron y difundieron la imagen del enemigo interno para representar a las personas
movilizadas durante el primer mes del estallido social chileno del año 2019. Para lograrlo, se
conduce un estudio descriptivo, cualitativo e inductivo, sobre un corpus de análisis conformado por
56 portadas (28 de cada diario) y 1.084 artículos destacados en esas portadas que abordaron, de
manera directa o indirecta, temas relacionados con el estallido social, publicados entre el 19 de
octubre y el 15 de noviembre de 2019.
Los objetivos específicos son: (1) describir las agendas mediáticas de ambos diarios en lo relativo
al estallido social, lo que se realiza empleando la técnica de Análisis de Contenidos; (2) identificar
los elementos discursivos con que se construyó la imagen del enemigo interno para referirse a las
personas movilizadas, para lo que se emplean algunas técnicas del Análisis Crítico de Discursos; (3)
conocer la relevancia que tuvo la figura del enemigo en las agendas mediáticas, para lo cual se
describe la frecuencia relativa que ocuparon en ellas las categorías con que se la construyó, y los
aspectos formales con que se la difundió; y (4) describir las pautas de comportamiento a las que
predispone la representación de los(as) manifestantes como enemigos internos, lo que se realiza
complementando los resultados obtenidos antes, con un análisis pragmático de los textos
codificados entre las categorías negativas de contenidos relacionados con el estallido social.
Los resultados evidencian que, en la construcción de la figura del enemigo interno para
representar a las personas movilizadas, juegan un rol relevante expresiones discursivas de diversas
fuentes (la mayoría, fuentes oficialistas y el propio diario), que suponen la ejecución de un plan
orientado a causar caos y socavar la democracia. A ello se suma el uso de elementos léxicos con una
gran carga valorativa negativa para referirse a los(as) manifestantes, su conducta e intenciones,
acompañadas de expresiones que las magnifican, con los que, implícitamente, se les demoniza y
deshumaniza. Respecto de las manifestaciones, se realizan analogías que las comparan con
desastres naturales, enfermedades y guerras, o se las denota negativamente con adjetivos
nominalizados como “la violencia”, “el caos” y “la barbarie”, los que se han “apoderado” del espacio
público.
ii
Esto es reforzado mediante fotografías de manifestantes con características asociadas a los
estereotipos lumpen y delincuentes, provocando incendios, robando o enfrentándose a las FFAA y
de Orden, o que exhiben el daño causado a las personas, la infraestructura, la economía y diversas
áreas productivas.
Lo anterior se inserta en un contexto comunicativo en que el estallido social es tematizado como
un problema de seguridad y orden públicos (destacándolo en imágenes de portada, editoriales,
noticias y reportajes), al que el Gobierno busca dar una solución política a través de acuerdos
amplios en torno a una agenda social. Otros contenidos y fuentes que podían haber socavado o
relativizado esta narrativa, tuvieron una baja relevancia en las agendas. De este modo, ambos
medios enfrentan dramáticas imágenes de una masa destructiva que parece ciega a los problemas
que causa a las personas y el país, y sorda a los esfuerzos del Gobierno para resolver sus problemas,
reforzando la representación de las manifestaciones como un problema de orden y seguridad
públicos, y la de los(as) manifestantes como un enemigo del que hay que alejarse y desconfiar, y al
que se debe combatir y eliminar.
Palabras clave: enemigo interno, estallido social, análisis de contenidos, análisis crítico de discursos. | es_ES |