De niña aprendí

Abstract

Palöma Grunert es realizadora audiovisual y sobrina, por parte de papá, de Álvaro Barrios, quien fuera estudiante de Pedagogía en Inglés de la Universidad de Chile y militante del MIR el que a sus 26 años fue detenido y desaparecido. Ella nunca conoció a su tío pero no necesitó hacerlo para generar desde niña un fuerte vínculo con él y con las repercusiones de su ausencia en su núcleo familiar. El cortometraje “De niña aprendí” comienza con la presentación de los personajes y una breve biografía de Álvaro Barrios. Es entonces cuando aparece en escena el primero de los videos de Palöma niña, con alrededor de 8 años, al tiempo de su voz narradora de adulta. En esta secuencia, se hace presente el conflicto de la obra: Palöma siempre ha sabido que tiene un tío detenido desaparecido pero, creyendo que permanece en esa condición, siente la necesidad de buscarlo y encontrarlo. La siguiente secuencia nos muestra al padre de Palöma, Germán, quien revisa los poemas escritos por su hermano Álvaro, escoge uno y lo lee, iniciando un relato paralelo de lectura de poemas que se sucederá en otras tres oportunidades durante el cortometraje. Mediante fotografías familiares, la narradora cuenta que luego de la detención y desaparición de Álvaro, la familia paterna se muda a Estación Central donde Germán conoce a Eliana, y tienen a Palöma y a su hermano. Menciona que antes de mudarse, la familia de su papá vivía en Conchalí, donde ocurre la detención y desaparición de Álvaro, momento en que nos enteramos que quien lo entrega es un amigo de él, llamado Patricio. El relato de la historia familiar sigue y aparece el personaje de su abuela Sarita, madre de Álvaro y de Germán, con quien Palöma tiene una relación de profundo afecto. Sarita es una mujer alegre casi todo el tiempo, excepto cuando participa de las actividades de la Agrupación de Familiares de Detenidas y Detenidos Desaparecidos. En algunas de esas oportunidades Palöma la acompaña y se ve afectada por los tratos crueles por parte de otras personas hacia su abuela y sus compañeras. En la siguiente secuencia volvemos al tiempo presente, donde Palöma acompaña a su padre al barrio desde donde fue llevado Álvaro. Germán le cuenta a su hija que su hermano era un excelente estudiante, pero que fue expulsado de la universidad por su participación política, pese a contar con el respaldo de alguno de sus profesores. Mientras esperaba la respuesta a su apelación a dicha sanción, el día 15 de agosto de 1974, llega a la casa Patricio Álvarez, vecino y amigo, acompañado de Luz Arce, colaboradora de la DINA, quienes engañan a Álvaro para conducirlo al lugar donde se encontraban los agentes de la dictadura, llevándoselo para siempre. Posteriormente, se retoma la narración de los recuerdos de la infancia de Palöma, en una secuencia en la que se relata el día en que su abuela Sarita le cuenta que su hijo no está desaparecido sino muerto, hecho que le causa un fuerte impacto y que genera una nueva dimensión imaginaria de su tío, transformando el tipo de búsqueda con respecto a él. A continuación nos enteramos que Sarita fallece y que la posibilidad de visitar su tumba, como se ve en la película, no existe en el caso de su tío Álvaro, al no estar su cuerpo. La familia suple la ausencia de un lugar y una fecha para ejercer el rito de la muerte, visitando año a año el Memorial de Detenidos/as Desaparecidos/as y Ejecutados/as Políticos/as. En un intento de reconstruir la historia, Palöma y Germán en la actualidad acuden a encontrarse con Patricio Álvarez, momento en que este le cuenta a Germán detalles -desconocidos hasta entonces por la familia- de cómo ocurrieron los hechos de su detención: que Álvaro se tensa y enmudece al enterarse que será detenido, que fue amarrado de manos y vendado de ojos y subido a una camioneta, entre otros. En esta secuencia, Patricio dice que entregó a Álvaro porque no vio otra opción para salvar su propia integridad física, con la idea de que su amigo también podría haber librado entregando a otra persona. Ante una pregunta de Germán, Patricio le pide perdón a Álvaro. Inmediatamente después, vemos la postura sobre una piedra, aparentemente del Memorial, de una placa para Álvaro Barrios en la que está escrita su nombre, su condición de detenido desaparecido y su fecha de desaparición, junto a uno de sus poemas. Estas dos últimas secuencias, que se contrastan entre sí, marcan el fin de la película. A modo de epílogo y entre los créditos, vemos un abrazo y un beso a la cámara de Palöma en su etapa de niña y, posteriormente, un acto simbólico en el que las autoridades de la Universidad de Chile le otorgan el título póstumo de Profesor de Estado en Inglés a Álvaro Barrios, documento que recibe Germán. Luego de sostenerlo un momento, lo deja en el suelo y extiende un cartel en el que se lee: “Título + ¡Toda la Verdad, Toda la Justicia!”.