Evaluación realista del programa mesas de diálogo social del Ministerio del Trabajo y Previsión Social (2012-2022)

Abstract

Esta investigación estudió el Programa Mesas de Diálogo Social de la Subsecretaría del Trabajo entre los años 2012 y 2022. El objetivo general fue evaluar la implementación del programa, con el propósito de identificar la relación entre dicha implementación y el logro de los objetivos de este. Esto permitió evaluar tanto los aspectos procedimentales como sustantivos del diálogo social, profundizando en el alcance de acuerdos de los actores a través del programa, así como también en el impacto sobre elementos como la calidad del empleo y las relaciones laborales. Los criterios que se tomaron en cuenta para valorar el programa fueron 1) El logro del diálogo social; 2) La percepción y satisfacción de los beneficiarios del programa; 3) El efecto sobre la calidad del empleo de los beneficiarios y 4) El efecto sobre las relaciones laborales entre los beneficiarios. Estos criterios se decidieron a partir de los objetivos que el mismo programa se propone (Subsecretaría del Trabajo, 2022). Los conceptos centrales corresponden a los postulados desarrollados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en torno a la definición del diálogo social, sus objetivos, manifestaciones y factores que lo posibilitan u obstaculizan (Ishikawa, 2004) (Ermida, 2006) (OIT, 2012). Dichas posturas se discutieron a partir de otras visiones y críticas sobre el concepto (Visser, 2001) (Hyman, 2010). La metodología responde a una investigación evaluativa, la cual se nutre de los postulados de la evaluación realista (Pawson & Tilley, 1997) y adopta un enfoque cualitativo, realizando 8 entrevistas a beneficiarios del programa e incorporando el análisis de 819 informes, correspondientes a las 273 mesas de diálogo ejecutadas en el período estudiado. Los principales resultados apuntan a problemas en la implementación del programa que dificultan el logro de los objetivos, asociados a una mala comprensión del concepto y una disonancia entre las expectativas de los beneficiarios y el diseño del programa, principalmente en relación con el lugar que poseen los representantes del Estado que participan de este. Al mismo tiempo, los beneficiarios perciben que el programa posee problemas para concretar los acuerdos alcanzados, lo que repercute en un escaso efecto sobre la calidad del empleo. Con todo, se encuentran satisfechos con su participación, debido a la posibilidad de involucrarse en un espacio tripartito en el que discuten sobre temas de su interés. Los factores facilitadores y obstaculizadores identificados apuntan a elementos ya señalados por la literatura, como la disposición al diálogo de los actores, la representatividad de las organizaciones participantes y los tiempos disponibles para la ejecución (Cerda, 2009).