Los modelos de negocio de los medios nativos digitales de mayor antigüedad en Chile: Emol, El Mostrador y Ciper Chile.

Abstract

En Chile la llegada de internet a mediados de la década del noventa facilitó la creación de numerosos proyectos periodísticos motivados por la significativa reducción de costos de producción, distribución y barreras de ingreso que ofrecía la tecnología. Sin embargo, estos medios emergentes pronto enfrentaron problemas en su gestión y financiamiento. La economía que subyace en el funcionamiento de un medio de comunicación resulta crucial para su existencia e impacta directamente en los equipos periodísticos, sus rutinas de trabajo y, finalmente, en la calidad de la información que se pone a disposición de la sociedad. Esta investigación examina la operación económica de los medios nativos digitales más antiguos del país: Emol, El Mostrador y Ciper Chile. Nativos digitales, son medios concebidos y operativos exclusivamente en internet, han tenido que adaptarse a los cambios tecnológicos y a los hábitos de consumo de información de las personas, y muchos han alcanzado relevancia a nivel informativo en la sociedad. Este trabajo se centra en las propuestas de valor de Emol, El Mostrador y Ciper Chile, explorando los fundamentos y las estrategias comerciales y financieras que implementan actualmente. Estos aspectos se recogen y sistematizan para conformar sus modelos de negocio utilizando la herramienta Modelo Canvas de Osterwalder (2010), complementada con definiciones y teorías de la Economía de los Medios. La investigación describe y analiza los ocho elementos del Modelo Canvas, evaluando su relación y consonancia en cada medio a partir de entrevistas con sus directivos en dos de los casos, y la creadora del modelo de negocio, en el otro. Los hallazgos revelan una tendencia hacia modelos de negocio basados en publicidad, similar a la prensa tradicional, aunque utilizando nuevos productos como contenidos patrocinados y de marca, y publicidad programática. Uno de los medios del estudio constituye la excepción, no se financia con publicidad, y permite concluir que para evitar depender de la publicidad, es esencial ofrecer un producto exclusivo y de alta valoración. Esto permite obtener financiamiento voluntario y permanente de audiencias que valoran el aporte del periodismo de calidad al funcionamiento de la democracia.