| Abstract | dc.description.abstract | El propósito del presente trabajo es identificar la relación entre las incivilidades, la
percepción de la calidad del servicio público municipal y como estas dos variables
pueden afectar la prevalencia de delitos violentos presentes en el sector norponiente de
la comuna de Santiago entre los años 2016 al 2023.
Desde una perspectiva teórica, se examina la desorganización social y su relación con la
criminalidad. La investigación utiliza un enfoque mixto, explicativo y longitudinal,
analizando datos de la encuesta comunales 2016, centrándose en incivilidades y la calidad
de servicios públicos. El plan de análisis se llevó a cabo por medio de un análisis de
correspondencia múltiple con la finalidad de reducir dimensiones, estableciendo nuevas
relaciones.
Otra fuente de información se obtuvo de las tasas de casos policiales por delitos violentos
en el sector. Para profundizar los resultados de la fase cuantitativa, se realizaron
entrevistas semiestructuradas a vecinos y dirigentes de las JJVV Barrio Balmaceda y
Yungay, las cuales fueron analizadas mediante análisis de contenido.
De acuerdo a los resultados, el análisis de correspondencia múltiple establece que las
variables, daños en la infraestructura pública como; semáforos, luminarias, etc.,
comercio ilegal, (piratería, artículos robados, etc.), presencia de personas en situación de
calle piden dinero, y consumo de alcohol y drogas en la vía pública son las que más
relevancia poseen.
En 2023, los delitos violentos aumentaron un 2.7% en comparación con 2022,
permaneciendo por encima de la media desde 2016. El máximo de casos policiales se
registró en 2019 con 243.71 por cada 10,000 habitantes, seguido de una disminución
probablemente debido a la pandemia. La tasa de denuncias en 2023 fue de 192.3 por cada
10,000 habitantes, un 14.5% menos que en 2019, y las detenciones variaron entre 14.9 y
22.1 por cada 10,000 habitantes entre 2016 y 2023. En homicidios, 2022 tuvo la mayor tasa
(6.2 por cada 10,000 habitantes), pero en 2023 bajó a 2.1, aún superior a años anteriores.
Las lesiones alcanzaron 58.5 casos por cada 10,000 habitantes en 2019, y el robo con
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violencia fue de 180.5. Las cifras de secuestro se mantuvieron por encima de la media en
2022-2023, y ha aumentado la detención de colombianos desde 2022.
Las entrevistas revelan una percepción arraigada de temor relacionada con la presencia
de bandas delictivas. Esta inseguridad afecta la cohesión social, exacerbada por la
diversidad étnica, que algunos asocian con un aumento de la criminalidad. Ciertos
delitos, como asaltos, tráfico de drogas, generan temor y alimentan un ciclo de miedo y
desconfianza en la comunidad.
Las incivilidades, como el tráfico y consumo de drogas y alcohol, además del comercio
ilegal, también son preocupaciones significativas, que afectan la calidad de vida y se
relacionan con una percepción de abandono en el espacio público.
La gestión municipal es otro aspecto crítico, con una insatisfacción generalizada respecto
a la eficacia de las medidas de seguridad implementadas. A pesar de algunos esfuerzos
visibles, la falta de presencia y acción por parte de las autoridades locales genera
desconfianza en el servicio público. | es_ES |
