Abstract | dc.description.abstract | Nada tan difícil como hacer este prólogo. Son demasiadas las imágenes que tengo, como
por ejemplo, la curiosidad, un arma importantísima para adentrarse en los diferentes temas
de la vida. Hace muchos años, siendo un recién egresado de la Escuela de Teatro de la
Universidad de Chile, me planteaba diferentes metas en donde depositar mis inquietudes.
Después de años de giras teatrales y de hacerme un profesional de la actuación, mis pasos
me llevaron a presentar un proyecto para realizar Talleres de Teatro, tanto en el Hospital El
Peral, específicamente en el Departamento de Dependencias Complejas y en la Cárcel de
Puente Alto, todo esto a través del Departamento de Cultura de la Municipalidad de Puente
Alto. Después de algunos trámites y entrevistas con algunas autoridades, llegó el día en
que entré a la cárcel para sacar adelante un Taller de Teatro. De esto hace ya diez años.
La experiencia junto a los internos ha sido incalculable. He llegado a la conclusión que
el Teatro tiene mucho que decir en esos lugares inhóspitos y fríos.
Detrás de cada interno hay un ser humano que necesita relacionarse, ser tratado con
respeto, ser escuchado, querido y aceptado desinteresadamente, por el profesor de teatro.
Hoy enfrentado a sacar mi título de actor, deseo racionalizar mi experiencia a través de un
acercamiento a un sistema básico de trabajo de actuación para reclusos.
No es lo mismo hacer clases o talleres en un Centro de Madres, en un centro juvenil, en
una Escuela de Teatro o en una cárcel. Si bien en todos esos lugares se practican ejercicios
de movimiento, voz o actuación, los matices son diametralmente diferentes.
En este caso, estamos hablando de hombres privados de libertad, sentenciados entre
cinco y quince años de reclusión, en donde prácticamente se detiene la vida, mientras
afuera circula el hombre libre con sus logros y dificultades.
He comprobado que el Teatro siendo un oficio carismático, dialogante y práctico, es
un excelente e imprescindible medio para la rehabilitación, en su sanación espiritual y su
posible reincorporación a la sociedad.
Se pretende demostrar en esta tesis que el ser humano que está recluso, pasa por
una situación especialmente negativa, que puede ser revertida, aunque sea en una mínima
parte con el aporte del Teatro, que nos enseña a ser mejores en un ambiente de reflexión
y libertad | |