Abstract | dc.description.abstract | La exposición de un órgano a situaciones de citotoxicidad moderada o
transitoria le otorga protección frente a una nueva exposición citotóxica, lo
que ha permitido el desarrollo del preacondicionamiento, proceso biológico
que atenúa o elimina el daño inducido en dicho órgano por una acción
citotóxica agresiva posterior.
En el hígado existen situaciones clínicas, en particular la cirugía hepática
bajo exclusión vascular, que involucran la Isquemia/Reperfusión (I/R),
fenómeno que gatilla mecanismos que llevan a la injuria hepática, entre ellos el
estrés oxidativo. Si bien niveles altos de especies pro-oxidantes derivadas del
oxígeno (ROS) o del nitrógeno son deletéreas y generan daño celular,
concentraciones moderadas y transitorias de ROS desempeñan un importante
papel citoprotector al gatillar vías de señalización intracelular, mediadas por
factores de transcripción redox-sensibles que regulan la expresión de proteínas
citoprotectoras, permitiendo así reestablecer la homeostasis redox.
En consecuencia, condiciones que generen en el hígado un bajo nivel
de ROS (estrés oxidativo moderado) pueden gatillar procesos clave en la
hepatoprotección contra el daño derivado de la I/R.
Al respecto, la hormona tiroídea (L-3,3,,5-triyodotironina, T3) gatilla
estrés oxidativo hepático moderado y transitorio, al ser aplicada en protocolos
moderados, condición que puede preacondicionar al hígado frente a la I/R,
mediante la activación de HSF-1, factor de transcripción redox-sensible que
regula la expresión de Hsp-70, proteína citoprotectora.
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Esta propuesta evaluó el preacondicionamiento hepático, otorgado por
la administración de T3 (PHT), en el daño inducido por la I/R. El estudio
consideró evaluar la vía de señales regulada por HSF-1 y la expresión de
Hsp-70, como mecanismo hepatoprotector, utilizando ratas Sprague- Dawley
tratadas con una dosis única de T3 (0.1 mg/Kg. de peso, i.p.) o volúmenes
equivalentes de su vehículo (NaOH 0.1 N), y luego sometidas (48 hrs. post-T3
o NaOH) a I/R o a cirugía simulada (Sham). La I/R consistió en 60 minutos
de isquemia (oclusión de la tríada hepática), seguido de 20 horas de
reperfusión.
En todos los grupos se evaluó (a) índices de daño hepático, (histología
y niveles séricos de LDH y transaminasas GOT y GPT), (b) parámetros de
estrés oxidativo hepático [contenidos totales de equivalentes de glutatión
reducido (GSH) y proteínas oxidadas], (c) unión a DNA (actividad) de
HSF-1 y (d) expresión de Hsp-70.
La I/R no precedida de PHT (NaOH/IR), gatilló incrementos
significativos en las actividades séricas de GOT, GPT y LDH, en
concomitancia con marcadas alteraciones de la histología hepática (distorsión
de la arquitectura, presencia de necrosis e infiltración de neutrófilos) e
inducción de estrés oxidativo hepático (aumento del contenido de proteínas
oxidadas y disminución del contenido total de GSH). Respecto a este grupo, la
injuria hepatocelular gatillada por la I/R, disminuyó en los animales
preacondicionados con T3, con normalizaciones de la histología hepática,
actividades séricas de LDH y transaminasas y del estado redox hepático,
señalando así el papel preacondicionante de T3 frente a la injuria hepática
inducida por la I/R.
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La I/R incrementó significativamente la actividad de HSF-1 y la
expresión de Hsp70. Sin embargo, no se observó diferencias significativas
entre estos 2 grupos experimentales, por lo cual se concluye que la vía de
señalización celular regulada por HSF-1 no participa en la protección hepática
conferida por el PHT | en_US |