Mujeres en cargos de alta dirección y desempeño de empresas en Chile

Abstract

La representación femenina, de acuerdo al Banco Mundial (2019) alcanzó un 50% de la población mundial, pero solo un 39% de la fuerza laboral de acuerdo a McKinsey (2017), lo que generó sólo el 37% del GDP1. Siguiendo con McKinsey (2017) dentro de los países del G-20, las mujeres representaron en promedio un 17% de los miembros del directorio y 12% de comités ejecutivos de las 50 principales empresas cotizadas, y de acuerdo a World Economic Forum (2018), asegurar el desarrollo completo y el despliegue adecuado de la mitad del total de talentos del mundo tiene una gran influencia en el crecimiento, la competitividad y la preparación para el futuro de las economías y las empresas de todo el mundo. Para el caso de Chile, si consideramos el importante progreso que hemos estado viendo en las últimas décadas, la brecha de género sigue siendo muy significativa en los mercados laborales, en especial, para cargos de alta dirección, donde a 2018 sólo el 9,2% de los directores de empresas eran mujeres; superior en 4 puntos porcentuales en relación a la situación en 2012, cuando llegó a ser de 5,3%2. En muchos países, la cultura, los sesgos y los modelos laborales imposibilitan a las mujeres a ascender a puestos de alta dirección, donde se defienden las posturas de equidad de género, políticas públicas, entre otras acciones. Adicionalmente, países de Europa y Estados Unidos se han dado cuenta de la importancia de la diversidad de género en las empresas y la han promovido activamente, creando empresas más diversas en opiniones y liderazgos, que se complementan y trabajan de forma colaborativa e innovadora, aplicando cuotas de género para empresas públicas en un principio y extendiendo este actuar a empresas del sector privado.