Abstract
Chile realiza su tercer intento de superar la Constitución de 1980,
luego del fracaso de la propuesta de Michelle Bachelet y del proceso
constituyente iniciado tras el estallido social de 2019. Si el
problema de la Convención anterior fue estar «a la izquierda» de
Chile, la actual corre el riesgo contrario: estar demasiado «a la derecha
». Una nueva derrota en el esfuerzo por superar el problema
constitucional devolvería el país al punto de partida.