Violeta, la música en la sangre — La intervención musicoterapéutica en una mujer con cáncer.
Professor Advisor
dc.contributor.advisor
Lallana Urrutia, Patricia
es_CL
Author
dc.contributor.author
Figueroa Bruna, Rodrigo
es_CL
Staff editor
dc.contributor.editor
Facultad de Artes
es_CL
Staff editor
dc.contributor.editor
Escuela de Postgrado y Postítulo
es_CL
Admission date
dc.date.accessioned
2012-09-12T18:05:02Z
Available date
dc.date.available
2012-09-12T18:05:02Z
Publication date
dc.date.issued
2008
es_CL
Identifier
dc.identifier.uri
https://repositorio.uchile.cl/handle/2250/101174
Abstract
dc.description.abstract
Esta monografía esta basada en la intervención musicoterapeutica en una mujer
con el diagnóstico de cáncer, sometida a un régimen de quimioterapia y hospitalización,
en el contexto de la práctica profesional del Postítulo de Terapias de Arte, mención
Musicoterapia, de la Universidad de Chile, realizada en el Hospital Clínico de la
Universidad de Chile, sección de Hematología Oncológica.
Los objetivos planteados apuntan hacia favorecer el clima emocional de la
paciente con el equipo tratante, favorecer la elaboración positiva de la enfermedad y
evaluar la efectividad de la musicoterapia en el manejo de efectos colaterales que provoca
un régimen de quimioterapia. Para lograr los anteriores objetivos se trabajó con técnicas
de musicoterapia receptiva (imaginería sonoro-musical libre y guiada), musicoterapia
activa (improvisación instrumental y vocal, libre y guiada), trabajo de canciones (selección,
audición), ejercicios de sensopercepción y relajación corporal.
Todo esto se llevó a efecto en 13 sesiones individuales de aproximadamente una
hora cada una y en un periodo de tres semanas. Las sesiones fueron planeadas en tres
etapas. De dichas sesiones es que se extraen y presentan análisis y comentarios de las
actividades de la paciente y del musicoterapeuta.
Los principales logros musicoterapeuticos dicen relación con el favorecimiento del
buen clima emocional de la paciente, el reencuentro y resolución de, lo que la misma
paciente llama, “las penas de antes”, y el mejoramiento de su relación con el equipo
clínico. Todo esto acercó un poco más a la paciente a darse espacios de autocuidado y
favoreció su autoestima