La contemplación de la sangre : tres lecturas medievales
Professor Advisor
dc.contributor.advisor
Góngora, María Eugenia
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Author
dc.contributor.author
Uribe Echeverría, Catalina
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Staff editor
dc.contributor.editor
Facultad de Filosofía y Humanidades
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Staff editor
dc.contributor.editor
Escuela de Postgrado
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Staff editor
dc.contributor.editor
Departamento de Literatura
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Admission date
dc.date.accessioned
2012-09-12T18:50:43Z
Available date
dc.date.available
2012-09-12T18:50:43Z
Publication date
dc.date.issued
2011
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Identifier
dc.identifier.uri
https://repositorio.uchile.cl/handle/2250/108735
Abstract
dc.description.abstract
La sangre ha sido universalmente considerada como la imagen fundamental de la vida, el vehículo de lo vital que, cuando se derrama, llama a la muerte. Su simbología es ambivalente, signo simultáneo de purificación y corrupción, energía y violencia. En este trabajo se busca investigar cómo la significación paradójica de la contemplación de la sangre es un motivo literario que se puede verificar a través de tres lecturas medievales: la devota cristiana, la amorosa, y la perversa. La siguiente investigación se propone establecer que la contemplación de la sangre ha sido objeto de inspiración literaria y religiosa en la Edad Media. La imagen de la sangre y/o sus gotas induce a fenómenos extáticos de ensimismamiento o contemplación que se manifiestan en formas paradójicas, y sin sentido unívoco, en diferentes períodos de la historia y a través de los siguientes registros de escritura o corpus: en el religioso y hagiográfico con las Sagradas Escrituras (entendido aquí como antecedente necesario para la comprensión de muchos fenómenos medievales) y las vidas de algunos(as) santos(as) en torno a la visión, y contemplación, de la Santa Sangre; en la primera ‘novela’ medieval Perceval El Galés o el Cuento del Grial, y los motivos literarios que giran en torno a la escena en la que el protagonista cae en un estado de contemplación profunda ante tres gotas de sangre estampadas en la nieve; y en las actas judiciales eclesiástica y civil del Proceso de Gilles de Rais de la Baja Edad Media, donde se revela el estado de éxtasis en el que caía este asesino ante el derramamiento de sangre de sus víctimas. Esta imagen simbólica tiene un efecto de desbordamiento, escapa al control y llama a una transformación en profundidad. Así como las devotas medievales pierden el sentido cuando se sienten inundadas por la sangre de Cristo, el héroe Perceval lo pierde también ante la visión hipnótica de este elemento derramado en la nieve, y Gilles de Rais representa el nivel más extremo de desenfreno y pérdida de conciencia, o sea de preponderancia –en sus palabras y en sus conductas- del inconsciente, cuando cae en éxtasis al ver el líquido vital escurriendo incansablemente de los cuerpos abiertos de niños agónicos.