Desbanalizar el conflicto: mujeres conservadoras de elites y discursos de la diferencia en Chile actual.
Professor Advisor
dc.contributor.advisor
Grau Duhart, Olga
es_CL
Author
dc.contributor.author
Vera Gajardo, María Antonieta
es_CL
Staff editor
dc.contributor.editor
Facultad de Filosofía y Humanidades
es_CL
Staff editor
dc.contributor.editor
Departamento de Postgrado
es_CL
Admission date
dc.date.accessioned
2012-09-12T18:50:53Z
Available date
dc.date.available
2012-09-12T18:50:53Z
Publication date
dc.date.issued
2005
es_CL
Identifier
dc.identifier.uri
https://repositorio.uchile.cl/handle/2250/108875
General note
dc.description
Tesis para optar al grado de Magíster en Estudios de Género y Cultura en América Latina.
Abstract
dc.description.abstract
En este sentido, este trabajo podría ser un esfuerzo en la tarea política actual de localizar, caracterizar y relacionarse con el adversario. Utilizo este vocabulario de “guerra”, concediéndole al/la lector/a la duda tanto frente a un lenguaje hoy opaco, como ante el hecho de que puede ser este un intento algo ingenuo que todavía confía en la razón como ‘abrelatas’ de lo desconocido, del misterio. Aún así, creo que la contemporánea opacidad de los soberanos globales, es una razón suficientemente solidaria del deseo de identificarlos, resistir y ganar. Deseo inscrito, sin embargo, en un Chile Actual que desde una elite específica, ha sido incapaz de garantizar el espacio de lo político, y con ello, la experiencia de pluralismo que permite conducir la agresión por vías democráticas reales. La “guerra” a la que apelo, es en este sentido coherente con la tesis de Chantal Mouffe: “Los múltiples gritos de alarma ante los peligros del populismo o de un posible retorno del fascismo son señales del creciente desasosiego de una izquierda, que ha perdido su identidad y que, al no poder pensar en términos de adversario, busca desesperadamente un enemigo que pueda devolverle una apariencia de unidad. (...) El compromiso fundamental para la reflexión política consiste en examinar cómo es posible realizar ese desplazamiento a fin de transformar el enemigo en adversario.(...) La andadura que caracteriza esta colección sigue las huellas de ese tipo de cuestionamiento. Con ese fin propone distinguir entre ‘lo político’, ligado a la dimensión de antagonismo y de hostilidad que existe en las relaciones humanas, antagonismo que se manifiesta como diversidad de las relaciones sociales, y ‘la política’, que apunta a establecer un orden, a organizar la coexistencia humana en condiciones que son siempre conflictivas, pues están atravesadas por ‘lo’ político.(...) Una vez que hemos distinguido de esta manera entre antagonismo (relación con el enemigo) y agonismo (relación con el adversario), podemos comprender por qué el enfrentamiento agonal, lejos de representar un peligro para la democracia, es en realidad su condición misma de existencia”(1999:11-16).