Abstract | dc.description.abstract | El 10 de noviembre del 2001, ante un estadio La Bombonera repleto, se despedía, oficialmente de la actividad profesional, Diego Armando Maradona. Dicho evento fue transmitido por la televisión argentina e internacional, fue la última vez que los aficionados del fútbol pudieron ver por última vez al “Pibe de Oro” dentro de una cancha. Deberíamos decir, para ser más precisos que Maradona llevaba 4 años sin desarrolla esta actividad de modo profesional, su último partido fue el 30 de Octubre de 1997, en un enfrentamiento entre Boca Juniors y River Plate, donde el cuadro de Maradona venció por 2-1.
No obstante, aquella tarde sabatina el máximo referente de la selección argentina se despedía de modo definitivo, en un partido entre la Selección Argentina y un combinado de jugadores de primer nivel mundial. Como es de suponer, el resultado poco importó, el espectáculo finalizó en el instante en que “Diego” convertía, mediante penal un gol con la camiseta argentina ante la portería del colombiano René Higuita. El trasandino no ocultó su emoción y fue a festejar junto a la “12”, barra-brava de Boca Juniors, sacándose la camiseta Argentina, y exhibiendo la número 10 de Boca Junios, que decía “Riquelme”, jugador que había ocupado la posición de Diego en dicho club una vez que éste abandonó la actividad. Usando la terminología del sociólogo alemán Max Weber, Mardona realiza un traspaso de carisma, que sólo funcionó al interior del cuadro xeneise.
Maradona dio la tradicional vuelta olímpica, junto a sus hijas, para finalizar con un discurso de despedida. El llanto no se dejo esperar. Millones de espectadores en Argentina y en el mundo entero observaron esta escena pensando que ahí culminaba algo. Si Menem, al decir del historiador Tulio Halperín había puesto fin a la agonía de la Argentina peronista, por medio de este evento Maradona ponía un cierre definitivo, según se creía, al período maradoniano del fútbol argentino. | en_US |