En el nuevo contexto internacional en el cual se inserta América Latina, el autor se plantea interrogantes acerca de las perspectivas de la integración regional. Sin negar la persistencia de rivalidades nacionales, expone que se está dando un nuevo regionalismo latinoamericano, que se ha traducido en una compleja trama de acuerdos regionales, subregionales y bilaterales cuya meta es la liberalización gradual del comercio mutuo. Esta integración ha sido complementada, además, por una cooperación política creciente. Al mismo tiempo, se ha producido una convergencia entre las diversas iniciativas de carácter hemisférico y los procesos regionales. De esta manera el regionalismo latinoamericano ha asumido un carácter abierto que se manifiesta no sólo en el ámbito económico sino también en materias como derechos humanos, desarme y medio ambiente. Este concepto de regionalismo abierto, que procede de los mecanismos de cooperación del Asia-Pacífico, responde a la necesidad de adaptarse a las características del actual sistema internacional, en el cual no son viables los alineamientos rígidos y excluyentes.