Diagnóstico de la tenecia de la tierra rural en Haití

Abstract

A causa de la defectuosa organización de la tenencia de la tierra y las condiciones sociales, políticas y económicas a las que está sujeta la población haitiana, el mundo rural, en especial, conoció desde la década de los 50 el fenómeno del éxodo rural, lo que se traduce en un importante flujo migratorio desde el campo hacia la ciudad y el extranjero; lo que repercute en la productividad del sector agrícola, reduciendo de manera considerable el aporte al PIB del sector silvoagropecuario, pasando de 45 a 24% del PIB en el corto periodo que va desde 1970-2013. Por lo tanto, la pregunta investigativa es ¿Qué incidencia tiene la organización de la tenencia de la tierra en el medio rural haitiano en la explotación de sus potencialidades? El autor, en vista de contestar a esta pregunta se propone como objetivo general: hacer un diagnóstico de la situación de la tenencia de tierra en el medio rural haitiano, estableciendo como objetivos específicos: sistematizar información sobre uso actual del suelo y sus potencialidades; analizar la evolución de la población rural y la tenencia de tierra; analizar la evolución del PIB y sus proyecciones y analizar las políticas públicas sobre la tenencia. Para ello, el procedimiento de recolección de datos que se usó fue la de fuente segundaria, haciendo un análisis documental de organismos nacionales e internacionales y también la consulta de otros documentos tales como tesis, revistas, artículos de prensa, etc., los que servirán en la confección de una matriz de análisis usando variables de dimensiones sociales, económicas y políticas. El resultado del diagnóstico arrojó las siguientes conclusiones y recomendaciones: Haití es un país montañoso y la superficie destinada a la productividad agrícola representa no más del 44%. Además, predomina el modo de gestión informal y pequeña propiedad en la tenencia de la tierra con 73.9% de las superficies midiendo menos de 1 carreau. El país no cuenta con las superficies irrigadas necesarias para la explotación de los cultivos. Tampoco está dotado de infraestructura necesaria para impulsar el desarrollo de este sector. Su cobertura vegetal es de alrededor de 1.5% sobre el conjunto del territorio, lo que generó un importante éxodo rural. Por lo que toda recomendación debe pasar primero por: una regularización de la situación de la tenencia; mejorar y mantener las infraestructuras de conducción, captación y acumulación del agua; frenar el proceso de deforestación y redistribuir las tierras a las personas que realmente las trabajan.