Programa de radio En el ojo del huracán
Author
Professor Advisor
Abstract
El Periodismo de Investigación, como género, y en su visión más clásica, nos remonta a la imaginería del periodista indagando algún tema oscuro y oculto entre fuentes conflictivas y peligrosas, al mismo tiempo que se encuentra atando cabos a través de la lectura de gigantescos informes, con muchas cifras y códigos, olvidados en algún archivo perdido o en una biblioteca pública.
Hoy, con Internet y las nuevas tecnologías, como los celulares multifuncioanles y todo el fenómeno de la hiperconectividad el panorama ha cambiado un poco. Si bien siguen existiendo elementos -aspectos de la sociedad-, ocultos, y que esperan ser develados y denunciados por el periodismo, hoy podemos decir que con estas nuevas posibilidades, también han devenido nuevas responsabilidades.
A mi parecer existe un nuevo rol del periodismo, pues ha aparecido una nueva necesidad en el mundo de las comunicaciones: La de investigar y evaluar la fiabilidad de la exuberante cantidad de información que se encuentra circulando.
Lo primero a tener claro es que ya no son solo los periodistas los productores de “noticias”. En este momento histórico/tecnológico podemos ver particularmente el desarrollo del periodismo ciudadano como un ejemplo de esto. Este elemento ya es totalmente validado por prácticamente todos los medios de comunicación masiva, e incluso es un tópico de estudio en la Universidad hace años.
En estos días prácticamente cualquiera posee una cámara de video o una grabadora (ya la mayoría de los celulares vienen con una incorporada), por lo que -teniendo los implementos técnicos-, solo basta estar en el lugar y en el momento adecuado para captar el hecho, y así convertirse en un periodista ciudadano.
Pero en otro lado de esta revolución comunicacional y tecnológica, se ha desarrollado, sobre todo en la red, otra arista: Las investigaciones con carácter periodístico.
Estas investigaciones apelan a los más diversos temas, y son realizados por individuos comunes, sin estudios de periodismo, que se sustentan en la plataforma de Internet y se arman a partir del boca a boca, de lo que alguien escuchó de alguien, o en lo que aparece espontáneamente en la red sin llegar a tener -en la mayoría de los casos-, un conocimiento certero de la procedencia de la información.
En estos casos brillan por su ausencia los requerimientos básicos del periodismo de investigación, como el chequeo de fuentes, por ejemplo. Y en general funciona tal cual lo hace un virus, o como el rumor al interior de una empresa u organización, pero a nivel social, masivo.
Empieza en alguna parte, casi nunca se sabe de donde, pero pronto ya esta sonando en todas partes, y mientras más fuerte es el eco, más validez va teniendo.
Este sistema, denominado “viral”, ha sido usado por la industria del cine para promocionar películas, intentando darles una categoría más “realista”. Se crean fuentes desconocidas, se invierte en manipulación de imágenes, en creación de videos como simulaciones reales, y se hace creer que existe algo que no es tal. La gente se pregunta que pasa, y usualmente termina viendo que es tan solo una publicidad.
Pero hay veces en que esto no termina como una publicidad.
Es en parte eso lo que ha pasado con el fenómeno del 2012 y el supuesto del Apocalipsis. De un momento a otro empezaron a aparecer en la red cientos y hasta miles de videos, informes, páginas, con mucha información sobre el tema, información que por este mismo sistema prácticamente nadie puede corroborar.
El problema es que hoy en día, con los niveles de sobre información que tenemos, y considerando la cantidad absolutamente descomunal de producción de material en Internet, estas cosas pasan sin que prácticamente nadie se tome el tiempo de analizarlas, investigarlas, y validarlas o desacreditarlas, pero con fundamentos.
Hoy, a mi entender, es rol del periodismo no solo iluminar pasajes oscuros y ocultos de la sociedad, para rectificarlos, con la vocación de la denuncia clásica de nuestra profesión; sino que también es un deber el abordar con imparcialidad los fenómenos sociales, aparecidos en la red o en otras plataformas, que van extendiendo información irresponsablemente, para rescatar de ellos lo cierto que efectivamente pueda haber y prevenir posibles situaciones que usualmente descartamos de plano y paralelamente para, dentro de lo posible, evitar el pánico u otras reacciones nocivas producto de un sensacionalismo desbordante.
Insisto entonces en que es un deber del periodismo el investigar estos procesos, y abordarlos de una manera seria, profesional, como se haría por ejemplo en una empresa con el rumor de un despido masivo.
Si uno deja que un rumor se extienda, puede aparecer el caos, el desorden, la histeria incluso, y no faltará quienes se aprovecharán de estas circunstancias, e incluso las podrían incitar, para sacar un provecho económico de aquello.
Es por eso que decidí abordar un tema que a todas luces puede parecer trivial, pero es justamente parte de mi propuesta en esta Memoria el tratar de transmitir que no hay tema que, con una investigación apropiada, no pueda aclarar algún aspecto de la sociedad que no estamos viendo claramente.
General note
Memoria para optar al título de Periodista El autor no autoriza el acceso a texto completo de su documento
Identifier
URI: https://repositorio.uchile.cl/handle/2250/135795
Collections